lunes, 31 de agosto de 2015

Malos, muy malos tiempos… son buenas, muy buenas oportunidades de Legislar para el cambio democrático

Por Luis "Balo" Farías
 
Los títulos Malos, muy malos tiempos* y Legislar para el cambio democrático*  son, dos de los tantos mejores artículos de este fin de semana, donde se analiza y desmenuza la Crisis venezolana que, por los vientos que corren, está en su etapa final agonizante, y que nos obliga, como escribe Betancourt Otaiza a prepararnos para ser eficientes en la salida a nuestra tragedia… nos guste o no. 

A continuación del agudo planteamiento de Carlos Raúl Hernández, que pone el dedo en la llaga al afirmar: “Se está en medio del colapso y la anarquía creada por la hipercentralización, lo que africaniza la sociedad” obligatoriamente insistimos en lo mismo de lo q tanto se ha escrito y es sobre el modelo que deberíamos adoptar “nos guste o no”.
Después de todo lo que se ha escrito (entre otros por nosotros en la propuesta de los gochos, Proyecto país, Venezuela reconciliada
drive.google.com/file/d/0B6yI0g) y las explicaciones escritas hasta la saciedad del modelo centralista, que en Venezuela fracaso y del que está en boga en los países del primer mundo (DESCENTRALIZADOS) y que a continuación refresco para la memoria de los lectores, es de que existen SOLO DOS MODELOS de Estado, según la cantidad de poder que las constituciones, les autoricen a sus Gobiernos civiles  por imperativo de dos principios políticos opuestos:

El de centralización del poder en el gobierno civil llamado: Estado Federal de poder Centralizado, cuyo Gobierno civil tiene poder ilimitado centralizado en una persona; modelo que nos gobierna en Venezuela heredado desde la época de la colonia española.
Y el de descentralización del poder en varias instancias o personas llamado: Estado Federal de poder Descentralizado, que es el otro modelo de Estado opuesto al centralismo, cuyo Gobierno civil tiene poder LIMITADO, descentralizado en la mayor cantidad de instancias y personas que ejercen de manera conjunta el poder político, económico, educativo, etc. que se hacen contrapeso y vigilan mutuamente; también llamado, gobierno de muchos, poliarquía, o Estado de las autonomías. 
La diferencia es la manera como ambos se constituyen en la sociedad y de allí la importancia de esta nota. El centralismo se impone por la fuerza o el engaño y el descentralizado que se instaura, mediante un  pacto entre gobernantes y gobernados (leer mi libro Crisis venezolana, causas y soluciones. link  drive.google.com/file/d/0B6yI0g … )
Ahora bien… nos guste o no, lo deseable, es que la ineludible, cercana y obligatoria próxima discusión, de un mejor país, sea la mejor expresión de la participación popular y un verdadero ejercicio de renovación, paz y reencuentro, y que este indisolublemente ligada a un PROYECTO PAÍS que nos permita avanzar a la modernidad y al mismo tiempo al reencuentro como hermanos.
Esta  discusión, debe ser, nos guste o no, donde se hacen estas discusiones, o sea, a través de una Asamblea de todos, representativa de la nación como un todo, y no de fracciones particulares de ella, donde el Normalmente invisible, poder constituyente originario, se haga manifiesto, cuando las circunstancias politicas le reclamen su emergencia, (caso que vivimos hoy en Venezuela con una gobernanza deplorable.)
Esta discusión, de un mejor país, que deseamos sea, pacífica y constitucional y que planteamos, en la propuesta de los gochos, traspasando las causas de nuestros males, salvaría a Venezuela, presa, desde la época colonial por allá por los tiempos de la Independencia, de un centralismo, asfixiante, que siempre ha vivido, del esfuerzo de los 25 millones de venezolanos que habitamos el interior del país.
Así, amarrados al texto de la constitución vigente, en sus art 347, 348, y 349. Con la participación determinante de las bases sociales del país de la sociedad civil organizada no partidista, partidos políticos, gremios. Iglesias, Ongs, etc etc. Al tiempo que discutimos el nuevo país, el proceso nos permitiría reencontrarnos como sociedad y al mismo tiempo que lo reconstruimos, podemos avanzar a estadios superiores de desarrollo social, para mejorar la calidad de vida de todos los venezolanos. 
Con estas reflexiones, esperamos encumbrar en Venezuela, una verdadera rebelión, pacífica y constitucional, que sería una verdadera evolución a la democrática y ansiada descentralización, vía a la modernidad, para poder distribuir constitucionalmente el poder del Estado central a los estados y municipios en PAZ.
Los títulos, Malos, muy malos tiempos http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/23566-malos-muy-malos-tiempos#.VeMLi7J-79M.twitter 
Y Legislar para el cambio democrático https://shar.es/1v5hhU 

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