Humberto
Acosta Rª.
La grave crisis
política-económica y moral que sufre la sociedad ha
conducido al desbaratamiento de Venezuela. El régimen produjo lo
inimaginable: cambiar un país rico, a
otro con la mayor pobreza en el mundo.
La cacareada “revolución del Siglo XXI”
hizo el anti- milagro de pasar una
Venezuela de muchos recursos y con
problemas, que ciertamente
crecía y producía, con una moneda fuerte, en libertad y democracia, por una Venezuela
empobrecida, dividida, atrasada y la moneda envilecida. Los signos evidentes del caos se observan en los ámbitos esenciales de la República.
Así, puede resumirse en lo: Político, ineptocracia,
inconstitucionalidad, fractura institucional, ingobernabilidad y militarismo
asfixiante. Económico: aparato productivo destrozado, improductividad,
inflación, escasez e intervencionismo oficial, con nepotismo e incompetentencia.
Social: división, exclusión, anarquía, desconfianza, anomia, atraso,
pobreza, desempleo, servicios pésimos e inseguridad ciudadana y corrupción
hasta los tuétanos. Moral: fraude, desconfianza, desesperanza,
desmoralización, mentiras y en las Relaciones Internacionales:
colonialismo, aislamiento, desprestigio, entreguismo e incoherencia, con
pérdida de la soberanía nacional.
El caos no permite
encontrar el desarrollo de la Nación. Ni vivir ni trabajar o estudiar en paz, con seguridad y esperanza. Además, existe la
pretensión del gobierno por eternizarse, aplicando represión, ventajismos,CNE
parcializado y un autodenominado Plan de
la Patria impuesto, populista e improvisado, fundamentado en un modelo socio-económico anti.constitucinal,fracasado y militarista,
anclado en el pasado y con un balance
negativo de altos costos y riesgos.
En tales
circunstancias el cambio del régimen es necesario e ineludible. El 80% de los
ciudadanos lo queremos, incluyendo la base chavista. Venezuela luce agotada de
estos 16 años de un gobierno nefasto.
El cambio es
posible e impostergable, básicamente se necesita la unidad e inclusión de los ciudadanos, para disponer que la Fuerza Popular,
organizada y movilizada, enfrente y
derrote electoralmente a la
Fuerza Gubernamental. Ello significa que la Sociedad Civil y el liderazgo
político integrado con Objetivos comunes, acuerden dos aspectos previos determinantes,
urgentes e importantes:
Pacto Social-Político por la Reconciliación y
Reconstrucción de Venezuela, alrededor de un Proyecto País y, segundo,
aplicando la Constitución aprobar consensuadamenté la Ruta Democrática, especialmente en el periodo posterior a las elecciones parlamentarias. Se necesita,
eso sí, interpretar bien el contexto y
saber qué hacer con el malestar y el anhelo de los venezolanos. Lo sensato e
inteligente es realizar conjuntamente
esfuerzos necesarios a favor de la integración de la Fuerza Popular y
asumir Iniciativas Populares, con Objetivos superiores y comunes a todos.
Objetivos del País y Objetivos inherentes a las comunidades regionales/locales
y de los ciudadanos, todos posibles de lograrlos, si dialogamos, debatimos y
acordamos, entre todos, la formulación de un Proyecto de País y la forma en que el mismo pueda ser ejecutado
en libertad, democracia y paz.
El Proyecto de
País y Pacto Social-Político para re-construir la República, en consenso. Ambos
instrumentos de arte y ciencia política, de teoría y praxis, son para la
reconciliación e integración, recurriendo a la conciencia y responsansabilidad de los ciudadanos, utilizando
los recursos que dispone la sociedad,
principalmente: Fuerza Popular con
Iniciativa, capital humano
competente y el clamor por el cambio del
régimen. Además, existen experiencias nacional e internacional de pactos
políticos para el restablecimiento de sistemas democráticos: Chile, España,
Colombia y el Pacto de Punto de Fijo, acordado en 1957 y exitoso para la República y la democracia
nacional.
El pacto debe definir el que hacer, después de las elecciones
parlamentarias, analizando desde
ya los diferentes escenarios posibles: Ganar con mayoría absoluta o simple e
incluso perder dicha Asamblea.Asimismo, discernir sobre los diferentes procesos
constitucionales posibles de realizar para los Objetivos propuestos: Referéndum
Revocatorio, Reforma Constitucional, Solicitud de Renuncia al Sr. Maduro o
convocar a un Proceso Constituyente por
Iniciativa Popular, invocando los artículos 347
y 348 Constitucionales.
Todos, procesos legítimos, viables, cuyas ventajas
y desventajas deben ser precisadas, en función de seleccionar el más adecuado, para garantizar
la participación efectiva de los ciudadanos y el logro de los grandes Objetivos
Nacionales. Tenemos que cambiar: Por un nuevo y mejor País,
donde exista reconciliación, gobernanza,
gobernabilidad, autonomía e independencia de
poderes. Un país federal donde prevalezca la justicia sin impunidad,
descentralización, autonomías regionales /locales y el respeto de los DDHH e
Instituciones (Universidades, Iglesia, FFAANN, Colegios, Gremios, Sindicatos,
Familia, etc.). Cambio por la Venezuela positiva que está sufriendo colas,
escasez, indignidad e inseguridad. Cambio ineludible por la juventud estudiosa
y trabajadora, por un futuro democrático y digno, sin presos ni exilados
políticos, por libertad y desarrollo.
Cambio positivo de régimen y de un
modelo equivocado e inconstitucional que después de 16 años mayormente produce…
pena, dolor, vergüenza e indignación. Solución si hay. Entonces, vamos a su
encuentro con la fuerza popular organizada y movilizada, con firmeza y FE.
ªProfesor Universitario.Ex.Rector
UNET. midtachira@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario