miércoles, 31 de diciembre de 2014

INSISTIENDO EN LA REBELIÓN DE LAS REGIONES




Por Rafael Grooscors Caballero

            En los últimos días del año pasado, casi llegando al primero del año en curso, Luis Vicente León, entre otros, se preguntaba qué podía o qué debía hacer la oposición ante la sistemática y organizada violación de los derechos humanos y constitucionales, perpetrados recientemente y una vez más, por el gobierno “bolivariano”, con el propósito de profundizar su control sobre el poder “fáctico” y garantizarse la continuidad de la “revolución”, con sus acólitos “atornillados” en los altos mandos de tal gobierno, evidentemente ilegítimo.

            Coincidencialmente, en la misma fecha, otro importante analista político, Fernando Ochoa Antich, hablaba de la ininterrumpida sucesión de Constituciones del siglo pasado, promulgadas por el régimen nefasto del General Juan Vicente Gómez, destinadas, fundamentalmente, a consagrar el “estado centralista” y echar por tierra las aspiraciones autonómicas que alentó la “guerra larga”, la Guerra Federal, a mitad del Siglo XIX.

            Ambos finos articulistas concluyen, respondiendo sus propias interrogantes, que hay que insistir en una “unidad” opositora, para, por una u otra vía, “volver” a los días espléndidos de la Primera República democrática, reinaugurados el 23 de Enero de 1958, como necesaria prolongación histórica de la “Revolución de Octubre” de 1945.

            Todos, aún animados de los mejores y más honestos propósitos, se olvidan de la Venezuela “real”, de la “otra” Venezuela, donde vive no la mayoría, sino nada menos que el 85% de los venezolanos, lejos de Caracas, la cuna del Libertador, pero eje fundamental del centralismo y cuartel principal donde el petróleo ejerce lo más impúdico de su codicia improductiva.

            Porque, insistimos, esa Venezuela que vibra en Guayana, que asiste a las ferias productivas en Los Andes, que amanece trabajando en el Llano, que vigila las reservas mineras en oriente y en occidente, que hace y soporta la economía del país, luce olvidada por los líderes que se disputan, en la Capital, los senderos y las herramientas para alcanzar el Poder. Una Venezuela acorralada, silenciada, sometida y usurpada. 

            Lógicamente, “esa” Venezuela por cuyo Poder se “alistan” los abanderados del gobierno y de la oposición, es la que presta las multitudes que acuden a las marchas y la que sirve de asiento para el hacer de los grandes medios de comunicación, como para que la llamen “el centro de la Opinión Pública”. Y “esa” Venezuela, para el país, aporta muy poco, por no decir nada, a su economía. No produce. Consume energía. Consume agua. Consume de todo, sin producir nada. Administra lo que la “otra” Venezuela produce y como si fuera un “gran propietario” del país, sirve a los demás, como en migajas, a través de una figura llamada “situado constitucional”, lo que supone le corresponde a los “pobres” Estados del titulado “interior del país”, donde se afanan por sobrevivir los venezolanos que realmente producen para Venezuela. ¿Es o no es una gran contradicción política, sobre la cual casi nadie hace referencia en sus análisis?

            No es el momento para pensar en qué hubiera ocurrido si a finales del Siglo XIX, se hubiese entendido, cabalmente, para qué se dio y se ganó la Guerra Federal. Tampoco es la hora para averiguar lo que ya se olvidó de los “Estados Unidos de Venezuela”. Lo que queremos hacerle ver a los políticos en ejercicio, es que la gran Venezuela está mucho más allá de Paracotos y de Antímano y que es a ella, en el mejor de los casos, a quien le corresponde presionar para alcanzar el futuro que el país se merece.

            ¿Cómo burlar a los “gendarmes” de las instituciones públicas, secuestradas en Caracas? ¿Cómo poner a funcionar, en ejercicio, los derechos de los venezolanos productivos, del “interior”? ¿Cómo abrirnos al debate público, tratar las cuestiones fundamentales, atinentes al bienestar de más de Veinte y Cinco Millones de venezolanos, puestos de una vez a gritar, voz en cuello, sus aspiraciones y sus deseos de luchar por Venezuela? ¿Cómo?

            Trasladando la Opinión Pública a los Veinte y Tres Estados de la geografía territorial; ubicándola en los centros de producción; poniendo a figurar en un primer nivel de conducta nacional, a los venezolanos que producen la energía, el agua y todo lo demás que se consume en Caracas. Dándoles los derechos que les han usurpado a quienes no sólo pueden presionar para cambiar un gobierno y transformarlo en otro, verdaderamente representativo, federal, institucionalmente organizado de modo democrático, sino quienes son los únicos que pueden cambiar el rostro de la economía del país, explotando sus ingentes posibilidades agropecuarias, piscícolas y mineras, para colocar a Venezuela en los mercados mundiales, sin depender de los vaivenes acomodaticios del petróleo, como mono-producto de una economía en crisis. Rebelando a las regiones y permitiendo la revisión histórica que consolide, en verdad, el triunfo de la Federación. Rompiendo el mito de “la Capital” que lo puede todo. Acabando con el centralismo. Dándole autonomía productiva a los Estados y comenzando a pensar en otro lenguaje de ideas, muy distinto al que anidó en la brillantez del genio de muchos de los grandes pensadores extranjeros de siglos anteriores al presente. Pensando en Venezuela con pasión venezolana. Reivindicando al Orinoco. Poniendo los ojos en el Delta y en Amazonas. Allí está el futuro. Sacando a la gente a las calles en San Cristóbal, en Cumaná, en Calabozo, en San Félix, en San Fernando de Apure, en Cabimas y en Maracaibo. Pidiéndole a Caracas que entienda que su rol, en los nuevos tiempos, como Capital en un nuevo Estado Federal, es de mucha mayor trascendencia e importancia que el que hoy desempeña equivocadamente. Que sea sede de un Parlamento Federal, desde donde se lleven las riendas del Poder con participación preferente de las Regiones verdaderamente productivas. Que comprenda y que comprendamos todos, que las Regiones son Venezuela y que las Regiones han decidido Rebelarse para salvar a Venezuela. 

            No planteamos una Rebelión armada ni un “guarimbeo” nacional. Lo que proponemos es una reacción inteligente, que haga estremecer a toda Venezuela y que demuestre que llegó la hora, al fin, para cambiar la historia. Que hay que volver a ganar la Guerra Federal para imponer un régimen autonómico, esencialmente productivo y auto-gestionado. Una Guerra Federal distinta, en la era de la informática, la digitalización, la sociedad del saber y del conocimiento. Una Guerra Federal del Siglo XXI. Todo, creando los climas de opinión necesarios, en el “interior”, para desconocer moralmente la ilegítima “autoridad” de Caracas y convocar los Referéndum que hagan falta para abrirnos a un nuevo capítulo que no repetirá ninguno de nuestros fracasos anteriores. Venezuela será otra y sobre su engrandecimiento no sólo hablaremos nosotros; lo proclamará el mundo entero y lo celebrará toda la humanidad. ¡Feliz Año, compatriotas!


martes, 30 de diciembre de 2014

El año de la verdad


Por Luis Manuel Aguana

Sin intención alguna de hacer un balance, escribía justo hace un año, el 31 de Diciembre, que los venezolanos teníamos para el 2014 dos retos importantes: a) Internalizar que no podemos pedir la libertad de venezolanos a un régimen que jamás la concederá, porque son extranjeros con un plan preciso de dominación. Los que conducen ahora los destinos de Venezuela no se pararán ante NADIE para lograr poner a su disposición permanente nuestras riquezas a menos que nosotros entendamos que no podemos seguir jugando ajedrez con las reglas de las Damas Chinas; y b) Necesitamos cambiar URGENTEMENTE a los jugadores que nos representan porque precisamente son una parte importante del problema.(ver Los verdaderos retos del 2014 en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/12/los-verdaderos-retos-del-2014.html).

Los balances son fotografías de un estado que se toma en un momento del tiempo. Nadie ve en un balance, por muy avezado analista que sea, cual es la situación dinámica, cual es la dirección que lleva lo que se mide. Por eso los analistas financieros para lograr medir el estado real de la salud de una empresa, colocan medidores y chequean todo el tiempo el estado cambiante de ellos para así hacer cuadros, gráficos y pronósticos. Algo así es lo que han hecho con el país los principales factores internacionales en relación a la salud financiera y política de nuestro país. Todos coinciden en algo que ya hasta el más común de los venezolanos que hace cola todos los días intuitivamente sabe: el país es inviable, con rumbo cierto al despeñadero.

Ni internalizamos que estábamos delante de un régimen que no es venezolano, que no se pararía ante nada ni nadie para ejecutar un plan de dominación comunista (un ejemplo claro de esto fue la entrega gratuita de Leopoldo López al régimen creyendo que no lo tratarían igual o peor que a Simonovis) denominado Plan de la Patria, que se hizo ley a partir de Diciembre 2013 (Ley del Plan de la Patria, Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019, Publicado en Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No. 6.118 Extraordinario, 4 de Diciembre de 2013); ni la oposición entendió-o quiso entender-, que el juego no era ajedrez sino Damas Chinas (incluso por lo chino).

Por otro lado, no solo no cambiamos a los jugadores que nos representan en la “oposición”, sino que esos mismos jugadores están deseosos de seguir jugando con las reglas del régimen a “ver que les toca” de esa repartidera que debe ocurrir en las parlamentarias con la vana ilusión que “serán mayoría” en la Asamblea Nacional. Los resultados de la charada de la elección de los Rectores del CNE y los Magistrados del TSJ son prueba de ello. Si todavía se lo creen “o tú estás en el guiso o el negro te está c… ¿Cuál de las dos será?” como en la anécdota que referí el 2011 (ver Silencio Cómplice en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/10/silencio-complice.html). Verdaderamente, ya el pueblo venezolano está ansioso por saber cuál de las dos será.

Visto esto, y aun cuando sea odioso decir “te lo dije”, no es suficiente. Hacer análisis, proyecciones, elucubraciones y balances, no es suficiente. Los venezolanos ya en este punto nos encontramos en las mismísimas manos del Creador. Y yo creo en Dios...pero con el mazo dando (bien lejos por cierto del conocido show televisivo).

Y entonces se preguntarán como el inmortal Chespirito, en su personaje el Chapulín Colorado: “¿Y ahora, quien podrá defendernos?”. Pues ustedes mismos, porque nadie más lo hará. Veamos cómo se come eso.

El 2014 ha sido el año donde más se le ha hecho resistencia real al régimen y adonde este le importa más: en las calles. Fue muy violento y costó muchas vidas. Eso llevo a un régimen desprestigiado y violador de los Derechos Humanos a pedir desesperadamente cacao. Los sucesos de las calles durante el primer semestre de 2014 obligaron al régimen de Maduro a buscar como dialogaba con una contraparte opositora que no encontraba por ningún lado, hasta que la MUD se apropió de esas banderas y le entregó al régimen sin costo alguno el sacrificio de nuestros jóvenes estudiantes en las calles. Ni siquiera pidieron la libertad de los presos políticos como condición previa para sentarse en Miraflores. Fueron corriendo a abrazarse con el régimen. Yo no inventé eso, está allí para que lo reseñen nuestros libros de historia.

Ahora bien, esa resistencia no apareció de la nada. Vino como consecuencia de sucesos muy concretos que ocurrieron en el Táchira y con cuya protesta se extendieron por todo el país, encendiendo a la juventud y a la sociedad civil en una acción sostenida que hizo temblar al régimen. Siempre dijimos que esa protesta no tenía dueño. Que se equivocaba el régimen en intentar responsabilizar a Leopoldo López o a cualquier otro dirigente político, porque ese liderazgo nunca lo tuvieron ni en sus sueños más ambiciosos, así como tampoco hubieran podido acallar ni conducir esa protesta porque ningún liderazgo político opositor tenía ni tiene la legitimidad para hacerlo.

Sin embargo la MUD se robó esas banderas, haciéndose pasar como contraparte de algo de lo cual no era arte ni parte, y por encima de la sangre aun caliente de los cadáveres de los estudiantes, jugando a representar una oposición que no era NI ES, echándole así un balde de agua fría a la protesta generalizada del país. De allí en adelante el régimen retomó el control y arreció la persecución y las torturas a los estudiantes y a todo aquel que hubiera participado en las protestas. Esa afrenta histórica marca el año 2014 como el año de la mayor traición que se le haya podido hacer al pueblo venezolano.

Dicho esto, la conclusión es que nos encontramos solos. Luchando en contra de un poder cuya representación opositora ha dado pruebas demostrativas de jugar en el equipo contrario este año que termina. La pregunta que toca es ¿qué haremos entonces los venezolanos? ¿Perderemos otro año creyendo el cuento interminable del “Gallo Pelón”, que esto lo solucionaremos con la próxima elección? Ya pasó el 2014 y la situación empeoró en relación al 2013. ¿Seguiremos esperando otro año por una “oposición” que haga oposición? Caben entonces las palabras de Juan Pablo II en su segunda visita en 1996: “Venezuela ¡despierta y reacciona, es el momento!”.  Vamos para 16 años, ya es hora…

Algunos venezolanos escogimos una ruta civil diferente a la oferta tradicional de los partidos-porque también existe la militar-, que le sirve tanto a aquellos que dejamos de creer hace tiempo en la vía electoral, como a otros que todavía siguen pensando que votar es una salida en estas circunstancias. Difícil pero posible: convocar al Depositario de la Soberanía. Al Dueño, pues. Convocar civilizadamente al pueblo de Venezuela a decidir su propio destino. Convocar al Poder Originario.

Esta vía es tal vez más lenta y condenadamente difícil, más aún porque lo hacemos sin ayuda. Pero tiene una gran ventaja: el cambio del sistema político, garantizando a las nuevas generaciones un futuro sustentable, que no dependa más de la venta materias primas y de las promesas de cualquier salvador, sino del trabajo productivo de un pueblo y la conducción de múltiples liderazgos cercanos a la gente en toda Venezuela. Es difícil, pero no imposible organizar a la sociedad civil para eso, y más aun con un Proyecto concreto que ofrecer al país en las manos. Por eso es que hay que hacerlo bien y con los mejores. Por eso es que el año 2015 será el año de la verdad.

Cada actor político actuará el rol que quiera tener en esta gran obra llamada “El Futuro de Venezuela” y todos lo veremos y calibraremos. En el Movimiento Constituyente que impulsa el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) estamos convencidos que el país no está dispuesto a seguir siendo el espectador inerme de su propia destrucción, no solo por parte de estos, sino también de aquellos, y que eso conducirá a un protagonismo activo de todos los sectores de la sociedad civil a lo largo y ancho de Venezuela. Hacia allá vamos.

Ya las cartas están echadas y las piedras repartidas. Después de muchas manos malas y con pésimos representantes, si nosotros mismos no nos hacemos cargo de este problema, no dudo que las cosas sigan iguales o empeoren en el 2015. Pero ya comenzamos a responsabilizarnos en el 2014 como así lo ha demostrado la acogida que ha tenido el Proyecto País Venezuela en muchos Estados del país, y con el favor de Dios el próximo año finalmente comenzaremos a ganar partidas. El año 2015 será mejor que el 2014 solo si nosotros mismos nos lo proponemos, pero es menester también desearlo: ¡Feliz Año 2015! Así sea…

Caracas, 31 de Diciembre de 2014

Twitter:@laguana