lunes, 23 de febrero de 2015

La hora de la verdad de un Acuerdo para la Transición


Por Luis Manuel Aguana

“Los liquidarán uno por uno. Muchos piensan que será a otros pero no a ustedes,
y eso se lo dicen porque no ven que el número de ejecución
lo tiene cada uno de ustedes en la espalda”
Diego Arria, “La hora de la verdad”

“Cambiar un régimen implica una transición, una modificación en el sistema de reglas sobre el que se sustenta. Y ese cambio de reglas no puede confundirse con un simple cambio de gobierno, cuestión que no implica más que alternabilidad. Por ello cuando sostengo que necesitamos una transición, me refiero a que es necesario desmontar todo el aparataje que se encuentra al servicio de Hugo Chávez. No simplemente sustituir a Chávez, sino derrumbar el sistema que le ha permitido actuar impunemente”. Esto lo publicó Diego Arria, así como la cita que encabeza esta nota, en su libro “Venezuela. La Hora de la verdad” (1). Sin embargo Arria, antes de la publicación de su libro, ya venía insistiendo en el tema de la transición desde hacía mucho tiempo, al punto de haberlo hecho público a la nación en el debate de los precandidatos de la Unidad en Noviembre de 2011 en la UCAB (Diego Arria – Debate de Precandidatos http://youtu.be/-232d0eHJ7A. Ver Debate completo en http://youtu.be/gJji8xoXEAI).  Lamentablemente ni la oposición, ni el liderazgo opositor entendieron el concepto sino luego de más de dos años-casi tres-, un montón de muertos y una economía devastada.

Por eso le damos la bienvenida al llamado a los venezolanos a un Acuerdo Nacional para la Transición firmado por María Corina Machado, Leopoldo López y Antonio Ledezma (http://www.ventevenezuela.org/comunicado/).  Pero lamentablemente llega tarde, demasiados muertos tarde, y además incompleto. Algunos dirán que me volví loco al decir estas cosas de un documento al que prácticamente está apoyando hoy toda la oposición, y que entre otras cosas le ha costado la cárcel a uno de sus líderes más importantes, Antonio Ledezma, habiendo arreciado la persecución a María Corina Machado. Pero a veces es necesario ir a contracorriente cuando por convicción honesta creemos que se está cometiendo un error. Por eso a esas personas les digo que el llamado a un Acuerdo Nacional para la Transición, además de llegar tarde, carece de una pieza fundamental, sin la cual solo es una lista de deseos que pueden convertirse en una frustración más en esta historia lamentable de la oposición: la vía constitucional para llegar a ella.

En efecto, al Acuerdo le faltó lo que el régimen ahora le imputa a Ledezma: ¿cómo se llega a una Transición sin antes haber cambiado el gobierno? De acuerdo al régimen, Ledezma, María Corina y Leopoldo “conspiraban” para dar un golpe de Estado para realizar lo que indican los tres puntos del Acuerdo.

Si bien es cierto hay una percepción nacional, como indica el Acuerdo, que “el gobierno de Maduro ya entró en una fase terminal” por todas las barbaridades que a diario vemos los venezolanos, no menos cierto es que nadie tiene la certeza de ese “ineludible derrumbe” que todos queremos que se haga realidad, pero que tenemos meses, y años esperando-salvo que estemos conspirando, como dice el régimen. Por eso es que se adelantan y señalan a los firmantes como que ellos tenían esa certeza porque estaban urdiendo un golpe de Estado, y en una jugada de laboratorio descabezan a la oposición de uno de sus líderes fundamentales. Cualquiera diría que son novatos los que están conduciendo la estrategia opositora (¿o lo son?).

En Venezuela es necesaria una transición. Hace justo un año, el 17 de febrero de 2014 un importante grupo de venezolanos, entre los que me honré estar, hicimos público un documento titulado “Urge una transición para rescatar la democracia en Venezuela” a través del portal de Venezuela Soberana (http://venezuelasoberana.com/urge-una-transicion-para-rescatar-la-democracia-en-venezuela/), donde se expusieron “las razones por las cuales es inevitable que en Venezuela se produzca cuanto antes una transición amparada en la Constitución, con el fin de evitar una catástrofe humanitaria, rescatar la democracia y reconstruir la República” (negritas y subrayado nuestro).

¿Cuál es la diferencia fundamental de este comunicado de hace un año con ese Acuerdo publicado por María Corina, Leopoldo y Ledezma? Que allí establecimos clara y explícitamente que la transición debía llegar por medios constitucionales. La omisión de ese detalle tan significativo le dio pié al régimen a interpretar como le dio la gana ese Acuerdo, utilizándolo como excusa y prueba abierta de un golpe, aún sin tener la más mínima evidencia en contra del Alcalde Metropolitano ni el resto de los firmantes.

Ahora bien, Diego Arria indicaba en su libro “La transición que propongo consiste en sustituir el régimen totalitario vigente en Venezuela por un Estado Democrático y de Derecho, y así garantizar la gobernabilidad y la vigencia de un sistema de libertades y de respeto a los derechos humanos. El medio para lograr tal cometido es la Asamblea Nacional Constituyente. Si algunos han sostenido que ya experimentamos recientemente (1999) un proceso constituyente y que otro sería contraproducente, se me hace necesario recordar que mi propuesta no implica ruptura constitucional alguna(negritas y subrayado nuestro). Simple, claro y diáfano como el cristal, dicho años antes de que nuestros líderes opositores entendieran tarde que eso era necesario. Esto es lo que buscamos en el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/).

Sin embargo, deseo que no se entienda mal el planteamiento que hago aquí en relación al llamado a un Acuerdo para la Transición realizado por estos importantes lideres de la oposición. ¡Por supuesto que es necesario un Acuerdo! pero nuestra oposición sigue insistiendo en seguir dando bandazos sin confeccionar una estrategia clara y única para lidiar con este régimen que cada día está cobrando más espacios, razón por la cual el Acuerdo luce descolgado de un marco estratégico global, cayendo en errores que cuestan muchísimo a la oposición democrática.

Diego Arria no formuló estas advertencias en 2011 porque tenía una bola de cristal, ni porque era el Nostradamus de la política venezolana. La formuló porque de ese podio en la UCAB era el que tenía más kilometraje político nacional e internacional, y veía el problema que se nos venía encima con la claridad de quien ha manejado asuntos de Estado, diciéndoles a los venezolanos y a esos muchachos que competían con él, que era necesaria una transición constitucional para arreglar institucionalmente al país ANTES de poder pensar en la alternabilidad política. Lamentablemente tanto a Leopoldo López como a María Corina Machado, presentes en ese encuentro, no les cayó la locha en ese momento sino hasta ahora.

Ese programa de tres puntos del Acuerdo es absolutamente necesario, pero para que este sea realmente efectivo para los fines que persigue, ANTES hay que CONSTITUCIONALMENTE LLEGAR A ESA TRANSICION. No es algo a lo que podamos llegar por generación espontánea, ni por deseos que no preñan. Hay que trabajar por eso, convenciendo a los venezolanos que es necesario cambiar el sistema político, y explicando para qué es necesaria una profunda reingeniería al Estado y a la Constitución. Y eso no se logra por otro camino diferente que trabajar por la convocatoria en Elecciones Auténticas del pueblo depositario de la soberanía a una Asamblea Nacional Constituyente, sin trampas, bloqueos o cortapisas de un CNE entregado al régimen.

Creemos que esto es posible pero convocando a los que más experiencia tienen, sin mezquindades, ni facturas, ni odios del pasado. Diego Arria hubiera sido un excelente candidato para los dos o tres años que propuso para esa transición que indicó en el debate de la UCAB, trabajando para abrirles el camino futuro a esos jóvenes que se encontraban con él en esa contienda. Pero lamentablemente la oposición venezolana no asimiló el mensaje que Arria advirtió en ese momento, con todas las consecuencias que ahora estamos viviendo. Pero lo más grave es que hasta ahora todavía no lo asimila.

La solución de los problemas de la complejidad y la magnitud de los que ahora padecemos requiere de mucho más que un enfoque electoralista. Requiere de una unidad efectiva que convoque a todos los venezolanos, en especial a los que más experiencia política tienen, para evitar que nos liquiden “uno por uno” con un numero de ejecución pegado en la espalda, entendiendo que ir a unas elecciones Parlamentarias no puede estar por encima del país, trabajando unidos para acordar una estrategia común que nos lleve a establecer un camino Constitucional a esa transición. Arria llamó a esa unión la Gran Alianza Nacional. Ojala esta vez le hagan el caso que no le hicieron en el 2012, porque sin duda, y parafraseando a Diego, esta es la hora de la verdad. Y vistas las circunstancias, creo que también lo es para ese Acuerdo para la Transición…

Caracas, 23 de Febrero de 2015

Twitter:@laguana

(1)     Diego Arria,Venezuela, La hora de la Verdad, Caracas Agosto 2012, ISBN 978-980-12-6002-8, Editorial EX LIBRIS

lunes, 16 de febrero de 2015

De soñadores, partidos y Constituyente



Por Luis Manuel Aguana

“Nunca tendremos mejor gobierno hasta que no tengamos mejores partidos políticos. Y nunca tendremos mejores partidos políticos hasta que gente como todos nosotros y todos ustedes y muchos más se metan. Hasta que la gente decente no participe mucho más de la política no va haber mejores partidos políticos. Entonces, o hay que crear nuevos partidos políticos, o hay que tomar y tratar de renovar, mejorar y modernizar los que existen. Esto no es una conversación sobre Colombia. Esto ocurre en Estados Unidos, ocurre en Europa. Hay que volver a traer a los partidos políticos al centro de la conversación. Los partidos políticos tienen que volver a ser el lugar natural de los soñadores, de los idealistas, de quienes quieren cambiar el mundo…” Jon Lee Anderson entrevista a Moisés Naím. Hay Festival, Cartagena (http://youtu.be/QNUFPzE7jiI).

Este es el cierre magistral que dio Moisés Naím a la conversación que sostuvo con Jon Lee Anderson, corresponsal internacional de la Revista The New Yorker en Cartagena, Colombia. Y respondió a la pregunta del por qué no tenemos mejores gobiernos. Su respuesta: nosotros. La gente dejó de creer en los partidos como canal para resolver los problemas y soñar con sus soluciones y se están inventando los suyos. En opinión de Naím deberíamos estar fundando nuevos partidos o metiéndonos en los que ya existen.

Puedo tal vez aceptar lo de la creación de nuevos partidos pero sobre una base completamente distinta a como se ha hecho en el pasado, siguiendo a una idea o un proyecto aglutinador en lugar de un líder que crea tener todas las respuestas. En el siglo XXI esa no existe. Pero los venezolanos tenemos metido en el ADN aquello del liderazgo único y del caudillo iluminado que sabe dónde va y nos puede llevar por las sendas del bienestar. La historia nos ha enseñado de lo peligroso que puede ser eso.

En relación a meternos en uno existente, no me quiero imaginar a la gente o a nosotros mismos metiéndonos en PJ, AD, o UNT, por solo nombrar los tres primeros de acuerdo a las recientes encuestas, para tratar de cambiar como se manejan las cosas en esos partidos, por encima de sus caciques Borges-Capriles, Ramos Allup, o Rosales, quienes tienen años decidiendo en esas organizaciones políticas.

Sin embargo sí creo en que es necesario que es deber de sus respectivas militancias lograr los cambios necesarios que hagan a esos partidos más democráticos y honestos, compartiendo la idea de Naím en que si la gente decente allí no es mayoría muy poco se podrá lograr en mejorar los gobiernos que se deriven de ellos en una futura democracia, en el entendido que estos partidos lleguen alguna vez al poder en Venezuela.

Lo cierto es que como menciona el autor de Efecto Naím en su entrevista, vivimos en una era de innovación profunda, donde lo tecnológico se ha metido de tal forma en nuestras vidas que lo ha cambiado todo, desde la manera en que nos comunicamos, hasta la manera en que compramos, estudiamos, nos informamos e incluso en el cómo nos estamos relacionando con los organismos públicos. Todo ha sido tocado por la tecnología y la innovación en la mayoría de las cosas que hacemos “EXCEPTO en la manera como nos gobernamos”. Existe una brecha brutal entre eso nuevo que nos rodea y la forma en que nos gobernamos y elegimos a nuestros liderazgos.

No existe una innovación en eso desde prácticamente la creación de la democracia. Naím habla que por un lado existe estancamiento en el gobierno y un gran movimiento de la “revolución disruptiva” por el otro. Esta profunda diferencia hace que se fomente la anti política y el malestar a todo aquello relacionado con la política y los partidos.

Sin embargo unos muchachos en Argentina al parecer lograron cerrar esa brecha entre la política y la “revolución disruptiva”, creando un nuevo concepto que puede perfectamente ser replicado, con sus correspondientes adaptaciones, a cualquier democracia del continente. En efecto, estos jóvenes no dicen “que se vayan todos” sino “queremos entrar todos” pero a través del uso de herramientas tecnológicas que están a la mano de todo el mundo en la actualidad.

Santiago Siri del Partido de la Red de Buenos Aires, Argentina (http://partidodelared.org/) explica en detalle el concepto en 10 minutos (http://youtu.be/FtC1Lelcpm0) en un programa de televisión. Es impresionante la creatividad que pueden llegar a tener los jóvenes para aplicarla a viejos problemas si realmente se llegan a interesar en esos temas, consiguiendo de esa manera una forma honesta para resolverlos.

En el caso de la política, este bien podría ser el comienzo para lograr integrar las nuevas herramientas a los viejos problemas, haciendo que esa “revolución disruptiva” de la que habla Naím, comience a renovar nuestros espacios de participación, haciendo que ese deseo que los partidos vuelvan a ser “el lugar natural de los soñadores, de los idealistas, de quienes quieren cambiar el mundo” sea una realidad.

Y tal vez esa sea la clave del Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), no solo para hacer del conocimiento a todos los venezolanos acerca de nuestro Proyecto de cambio estructural del sistema político, sino la manera de tener permanente contacto con aquellas personas que se sienten identificadas con la idea de que Venezuela no puede seguir con esta perniciosa manera de hacer política, pero tampoco volver a la del pasado pre-Chávez.

Si bien es cierto que hay que sacarnos de encima- y de forma urgente- este sistema de dominación “socialista” empobrecedor, el costo no puede ser dejarnos convencer que “lo pasado” pre-Chávez fue mejor porque fue ese el que precisamente nos trajo a ese “salvador de la patria”; y aquellos que tenemos la suficiente edad para haberlo vivido y que sabemos que fue así, debemos responsablemente comunicarlo a los jóvenes que no tenían la edad para entenderlo. Hay que innovar y soñar que se puede ser mejor que eso y de allí nuestro planteamiento de cambio estructural por la vía Constituyente. Es por eso que los partidos nos ven como gallina que ve sal, cuando lo cierto es que proponemos que sean eso que sugiere Naím, “el lugar natural de los soñadores, de los idealistas, de quienes quieren cambiar el mundo”. Cuando logremos eso, habremos cambiado a Venezuela.

Caracas, 16 de Febrero de 2015

Twitter:@laguana

sábado, 14 de febrero de 2015

Carta a María Corina Machado, Antonio Ledezma y Leopoldo López, c/c Henrique Capriles




Distinguidos amigos. Loable la invitación para elaborar un Acuerdo Nacional para una Transición,  y  a  “acompañar-lo- y enriquecer-lo – (…) para que sirva “de guía para superar la crisis y comenzar la reconstrucción del país”, agradeciéndoles la invitación, y en respuesta a ese llamado, hacemos a continuación sobre su texto, nuestro aporte, fruto de varios años de estudio sistemático y profunda reflexión, con el propósito de incrementar el número de acompañantes / enriquecedores del mismo, para que quede clara la ruta y el alcance que debemos y queremos, darle a un futuro acuerdo, y que este llamado se convierta, por la manera unitaria en que se elabore y la pertinencia, en un proyecto de refundación de un nuevo país, para lograr el objetivo final: una Venezuela moderna, desarrollada, democrática y sobre todo reconciliada.

Lo hacemos frente al hecho, de que en los últimos 16 años, los partidos acampados en la MUD, no han logrado identificar, ni el origen de la crisis venezolana, ni  que el Gobierno rectifique en sus políticas deliberadamente destructivas.

Tampoco han logrado la liberación de los presos políticos, y menos propuesto un proyecto de refundación del país. 

Por tanto, es poco probable que una coalición de tres o cuatro partidos políticos logre lo que no pudo la MUD.

Creemos en la necesidad de  optimizar su llamado, con los complementos que mostramos a continuación:

Llamado a los venezolanos a un acuerdo nacional

El pueblo de Venezuela vive una gravísima crisis, cuyo origen es, lo obsoleto del modelo de Estado federal de poder centralizado –EFCentralizado- con el que se viene gobernando nuestro país desde la colonia, (versión actual comunista, totalitario y militarista) caracterizado por:

a) Un  gobierno de poder ilimitado, centralizado en el Presidente de la República de turno (PR).

b) Una federación de 23 estados y 335 municipios absolutamente dependientes del PR de turno  y

c) Una economía mono productora extractora de petróleo, por parte de PDVSA, propiedad constitucional del PR de turno; todo legalmente promulgado por la Constitución de 1999, copia de la de 1961 y está de las anteriores, calcadas desde 1819.

Tal conjunción de factores, ha generado la crisis más catastrófica y profunda de la historia del país, profundizada por un régimen, que en los últimos dieciséis años, apoyada en ese modelo de EFCentralizado caduco y muerto técnicamente desde 1980, ha ejercido de manera impune la antidemocracia.

Un modelo centralista arcaico, aprovechado y engrandecido por un régimen ineficiente que despilfarró recursos públicos cuantiosos, con los cuales con el uso del otro modelo de gobierno, se hubiese podido impulsar el bienestar y el progreso de todos, en lugar de generar la ruina que hoy sufrimos.

En fin, el desastre que vivimos lo propicia y sostiene un modelo de EFCentralizado en fase terminal, que aprovecha una élite sin escrúpulos que tomó por asalto al Gobierno Presidencial Imperial, la Federación de 23 estados y 335 municipios y la economía que pauta la Constitución de 1999, que permite que el PR de turno, ejerza un absoluto dominio del país gracias a que es jefe del Estado, jefe del gobierno, “dueño constitucionalmente” de la recaudación fiscal, de todas las tierras laborables y urbanizables y de todas las grandes empresas del país, particularmente PDVSA.

Lo grave del caso es que quien autoriza al PR, para tener ese gran poder, han sido TODAS las constituciones que hemos tenido, mediante el excesivo conjunto de atribuciones (art 236 y sus 24 ordinales). Leer:
Esta es la clave principal de la crisis, porque sin tal poder, el PR jamás hubiese podido transformar el EFCentralista socialdemócrata que recibió de la IV república, en el EFCentralista comunista totalitario actual y desplegar la opresión y destrucción que está ocasionando, apoyado en grupos violentos y en un militarismo de cúpulas, que controla la sociedad a través de la represión, degradando las instituciones y violentando todo ámbito de la sociedad hasta terminar de devastar la economía y dañar gravemente las bases de la paz de la república.

La precariedad y las tensiones que resultan de esta crisis y la insistencia del régimen en “profundizar” el modelo de EFCentralizado que la genera, pueden llevarnos en muy corto plazo, a una emergencia humanitaria, y a que venga ayuda internacional a repartir sopa en las esquinas.

Todo se ha deslegitimado, caotizado y anarquizado en extremo, especialmente el gobierno; siendo obvio, que cabalgando el EFCentralizado totalitario no resolvió, (a pesar de la bonanza que usufructuó), ni resolverá la crisis, y que entraron, Gobierno y modelo centralista, en fase agónica terminal.

Nuestro llamado es, generar un gran debate nacional, que resalte, con meridiana claridad, el origen de las causas estructurales de la crisis venezolana, y sobre esa base, construir un acuerdo, para conducir una transición en PAZ.

Una transición que tenga como principios, que sea unitaria, que participen todos los Partidos políticos y representantes de la Sociedad Civil organizada no partidista y personalidades, incluidos militares retirados y en razón de la gravedad de la crisis, que no es común, y tampoco se puede solucionar como las crisis anteriores; sugerimos convocar lideres ponderados y conscientes del PSUV, debido a que, es obligación de todo Venezolano, ayudar a resolver esta sempiterna y añeja crisis, para evitar el desborde de los cauces de la paz y la constitucionalidad.
Concebimos la transición, no como un simple cambio de gobierno, y menos como un golpe de estado, sino cambio de gobierno y cambio también pacifico, constitucional y unitario, del EFCentralizado, por un moderno Estado federal de poder descentralizado (EFDescentralizado) lleno de esperanza, que se produzca de la mano de la mayoría de los venezolanos, y que nos lleve sin retrocesos, a recuperar el espíritu y un orden democrático superior, como los países del I Mundo..

El acuerdo

Asumiendo ese compromiso hacemos un llamado, sin distingos políticos y  dejando de lado las diferencias, para que pongamos en marcha, con la urgencia del caso, un Acuerdo Nacional para la convocatoria del PODER ORIGINARIO, el único facultado para estos trascendentes cambios, dada la magnitud de la crisis, que nos ha traído a este momento constituyente que no debemos eludir, y así darle concreción a una genuina transición, dentro del marco constitucional.

Como premisa, del ejercicio del poder originario, generar un Gran debate nacional, sobre el origen estructural y solución de la crisis Venezolana; para preguntarle a los venezolanos, a los Partidos Políticos, a la Sociedad Civil organizada no partidista (gremios, sindicatos etc.) y a personalidades de alta experticia profesional y técnica  si a la luz de la experiencia histórica de los últimos 200 años, con énfasis en los últimos 16, debe el país seguir siendo organizado y gobernado mediante el modelo EFCentralizado que es el que  nos ha traído a esta dramática situación.

Si el debate nacional sobre el origen y solución de la crisis, arroja la necesidad de sustituir el Centralismo por un EFDescentralizado, se debe convocar entonces, UNA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE, que elabore, un nuevo Pacto social, un anteproyecto de una nueva Constitución; o  preparar  las elecciones parlamentarias con dos objetivos claros: Ganar las elecciones a pesar de la parcialidad manifiesta del CNE y  propiciar desde la nueva ANL la sustitución del Centralismo por un EFDescentralizado, encargando a una comisión de especialistas; igual  como  hizo el Congreso Nacional de 1959 con la Constitución de 1961; que redacte un anteproyecto de Constitución, que contenga el nuevo modelo EFDescentralizado que sustituirá al existente, capaz de instituir plenamente la descentralización, con el ejercicio pleno de los poderes regionales y locales y participación ciudadana genuina que establecería la nueva Constitución y las leyes.

Este debate nacional propiciaría una unidad superior inédita, a través de las visiones de los trabajadores, jóvenes, empresarios,  académicos,  políticos, miembros de las iglesias y de la Fuerza Armada, osea, de todos los sectores nacionales.

El debate, abriría un proceso de despolarización política y de reconciliación nacional, que convoca e involucra activamente, y significa una reconstrucción desde las bases mismas de la sociedad, para la paz.

Proporcionaría acuerdos, consensos y compromisos que serían la base del gran Acuerdo Nacional, que le daría solidez, a las decisiones que deberán ser adoptadas, para salir momentáneamente de la crisis en todos los ámbitos, armonizar socialmente al país y asegurar la estabilidad política, en su paso por un proceso, que experimentará riesgos, turbulencias, y acechanzas de diverso orden, como las tortuosas sendas por donde han pasado los países del I mundo, que hoy admiramos de Europa occidental después de la II Guerra mundial, Japón, Sur Corea, España después de Franco, Alemania después de Hitler, Italia después de Mussolini, etc. El caso venezolano es idéntico, e idéntica debe ser la solución, de la mano de la mayoría de los venezolanos, que nos lleve sin retrocesos, a remediar la espantosa situación política, social y económica y, simultáneamente, a instalar un EFDescentralizado, que es el orden democrático superior vigente en el primer mundo.

¿Que hicieron los líderes políticos y la Sociedad Civil de esos países frente a la ultra devastación provocada por el Centralismo?

Instauraron gobiernos de transición, implementaron medidas de emergencia para aliviar la crisis y CONVOCARON EL PODER ORIGINARIO desde una ANC o desde los Parlamentos Nacionales; ellos, vivieron como nosotros ahora, un momento constituyente.

Esto obligaría a asegurar la lealtad y el apego de la Fuerza Armada Nacional a los intereses de la nación y su desvinculación a la intrusión extranjera y actividad político-partidista.

Venezuela será, lo que los venezolanos hagamos de ella, a través del cambio de modelo del Centralismo, por el EFDescentralizado que nosotros mismos decidamos.

Ese cambio o transición  estará asegurado por los consensos y compromisos del gran Acuerdo Nacional para la convocatoria del poder originario para la Transición, que debe desembocar en un Proyecto definitivo de refundación de un nuevo país, basado en la descentralización.

“Sin descentralización efectiva del poder, la democracia, en el futuro, no podrá sobrevivir”
“No hay democracia occidental consolidada después de la segunda guerra mundial, que no se haya descentralizado”

Luis Balo Farías / Julio Belisario M.

Caracas, 14 de Febrero de 2015