viernes, 2 de octubre de 2015

El marco institucional de la reconstrucción

Por Luis Manuel Aguana

Independientemente de cómo termine la pesadilla destructiva del socialismo del Siglo XXI, habrá que acometer labores de reconstrucción institucional. Pero una pregunta sale de inmediato: ¿reconstruir lo destruido a lo que había antes? Y esa pregunta lleva a otra más complicada: ¿reconstruir instituciones basados en un sistema que se desmoronaba en 1998?

Siempre he partido de la premisa que son las preguntas correctas las que definen las cosas, no las respuestas. Que las respuestas que pensamos correctas a las preguntas equivocadas son las que nos meten en los problemas y callejones sin salida. Así entonces, el problema es encontrar las preguntas correctas. Por eso, volviendo a lo anterior, ¿reconstruir sobre qué bases? ¿No deberíamos primero definir el marco “correcto”, para luego entonces reconstruir? Eso nos lleva entonces a discutir ese marco, antes de pensar reconstruir algo que de entrada estaba edificado sobre un sistema equivocado, raíz de toda esta tragedia que vivimos.

¿Y cuál es ese marco “correcto? ¿Qué o quién lo define? Ese marco no es más que la visión que tengamos del país que queremos, el que aspiramos tener. Este aspecto conceptual es tan importante que resulta asombroso que nadie se pasee por eso en esta crisis horrorosa por la que pasa el país. Se puede entender que estemos traumados por la plaga comunista que nos ha invadido pero eso no es excusa para que la Venezuela pensante no haga escenarios, ni estimule el estudio de opciones por las cuales transitar una vez vencidos los obstáculos que nos impone esta realidad.

En el año 2004 se realizó en Santiago de Chile un importante Foro en colaboración entre el Banco Mundial (BM), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), donde funcionarios del sector público y privado y de las tres instituciones organizadoras, “analizaron las experiencias de desarrollo de sus países con el propósito de identificar y sistematizar las principales enseñanzas y lecciones de éxito que se desprenden de las mismas…”. El Foro fue titulado “Las Visiones de país importan: Lecciones de experiencias exitosas de desarrollo” (http://tinyurl.com/qgngoma).

Y en efecto, las visiones de país son muy importantes y pertinentes, en especial en situaciones como las que vivimos en Venezuela. Del Foro se editaron los principales análisis y discusiones, siendo publicados en un documento (ver las ponencias en  http://www.cepal.org/ilpes/noticias/noticias/9/21879/blibrovisiones.pdf) que bien debieran estudiar aquellos que desean cambiar el actual estado de cosas, para estar en condiciones de poder concebir para el país una visión que proponerle a los venezolanos, o tal vez mas allá de eso: aprender que es una visión de país.

¿Han oído en alguna contienda electoral a alguien que le haya expuesto a los venezolanos una visión del país más allá de decir que debemos salir de los comunistas? El Presidente del Banco Mundial en 1999 indicaba: “…los países que con el paso del tiempo han alcanzado el éxito, son aquellos que han invertido en el desarrollo de una visión de largo plazo y han creado, además, las instituciones para que esas visiones se traduzcan a la realidad, apoyándolas y dándoles seguimiento.”

De esos documentos deseo extraer algunos conceptos que pudieran dar una idea de lo que se trata, así como de la importancia trascendental de tener esa visión para el país. Es de Álvaro García, Ex Ministro de Economía y Ex Ministro Secretario General de la Presidencia de Chile:

“La primera pregunta es cómo construir una visión nacional. Según la experiencia internacional, existen múltiples formas de hacerlo. Es posible advertir dos grandes tipos de visiones: una explícita, que se expresa en un documento escrito, y otra implícita, pero a menudo muy poderosa, que permea el sentido común de las fuerzas políticas y de los actores sociales (empresarios, trabajadores y distintas organizaciones representativas de la sociedad civil) y es impulsada por estos, a pesar de que no está redactada y firmada. En la visión explícita se diferencian aquellos países que la conforman en el ámbito político-parlamentario y aquellos que la constituyen con los actores sociales. Mejor aún es la situación de los países que suman las dos dimensiones.”….. “Cuando existe una visión explícita del futuro en el ámbito político, parlamentario o en los actores sociales, es muy difícil que un gobierno prescinda de ella para definir, por separado, sus prioridades. Para un gobierno es prácticamente imposible, por razones políticas, no tomar en cuenta esta visión en las prioridades que asigna. Sin embargo, cuando la visión es implícita, esta posibilidad se debilita en gran medida.”… “Cuando no existen instituciones o espacios definidos donde la sociedad organizada en la esfera política o social plantee su visión al gobierno, es fácil para este último obnubilarse o enceguecerse con el corto plazo. Por lo tanto, la primera conclusión que se puede extraer es que un gobierno con prioridades de largo plazo tiene mayor capacidad para implementarlas cuando cuenta con una visión nacional explícita que cuando la misma es implícita y, desde luego, que cuando ella es inexistente. Mientras más comprensivo y explícito sea el acuerdo nacional, mayor será su solidez y más probable que los gobiernos deban considerarlo y actuar en consecuencia.” (Subrayado nuestro).

De acuerdo a los conceptos expuestos por el Ex Ministro chileno, nuestra propuesta desde el Proyecto País Venezuela Reconciliada (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) es una VISION EXPLICITA del futuro que deseamos para Venezuela, y que cualquier gobierno que se instale con esa visión tendrá mayor capacidad para hacerla realidad en el largo plazo. Discutir en una Asamblea Nacional Constituyente una visión explicita de país es una garantía de que el acuerdo que salga de allí sea duradero y seguro, dándole estabilidad y paz al país.

Luego entonces la reconstrucción institucional planteada desde esa perspectiva resulta  mucho más clara. Reconstruir, por ejemplo, el sistema de salud o el sistema de justicia, basados en una visión explicita como la del Proyecto País Venezuela, le plantearía a los venezolanos unas instituciones con misiones alineadas con esa visión, dándole coherencia y claridad a las funciones que les tocarían realizar en la dura tarea de la reconstrucción de Venezuela.

Caracas, 2 de Octubre de 2015

Twitter:@laguana

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