sábado, 28 de noviembre de 2015

Cambiemos….

Por Humberto Acosta R.  (*)

La propuesta de cambiar para  los objetivos de” terminar con la pobreza, el narcotráfico y unir a los ciudadanos”, le permitió a Mauricio Macri, ingeniero, candidato civilista de  Cambiemos, ganar la Presidencia de Argentina al  peronismo militarista  y al clan KK, del matrimonio Néstor Kirchner (+) y Cristina de Kirchner, hegemonía  que se prolongó por  12 años, llevando a este país a una situación de crisis  e ingobernabilidad. Aún, con el poder suficiente para mantenerse en el gobierno,  las pretensiones de estos neo-camaradas  rodaron; el agotamiento del régimen y la fuerza de la sociedad civil, organizada, hicieron con el voto “posible lo imposible”. En el mundo, si algún régimen se parecía en  sus formas y fines al chavismo venezolano, es el  de este peronismo-kirchnerismo-militarismo.

Procesos diferentes con similitudes importantes: Cultivo e influencia de la figura mesiánica del caudillismo militarista (Perón y Chávez,  herederos políticos, nepotismo y dinastía), populismo, corrupción, narcotráfico y el abuso desenfrenado e inmoral  de  los recursos  del  Estado e Instituciones para coaccionar y obtener  votos; ganar siempre elecciones y mantenerse en el poder “como sea”, sin alternancia ni derechos humanos, cero desarrollo. Se proclama una supuesta “revolución”, dentro de una pseudo democracia, en función de apetencias e intereses personales y grupales. Tales semejanzas  facilitan alianzas entre ambos regímenes y sus respectivos líderes de las “izquierdas” iberoamericana, idolatrando al castro comunismo, con altos costos financiados  con  los petrodólares  del pueblo venezolano: ALBA, la maleta de los 800 millones de dólares, pagos de la deuda externa de argentina, entre otros.

Los procesos evidencian diferencias notables. Principalmente, se centran   en  la resistencia y reacción (resiliencia)  de las instituciones  democráticas frente a los desgobiernos. En los 17años del socialismo siglo xxi,  la   mayoría de las instituciones del Estado venezolano han sido secuestradas por el Ejecutivo, que concentra el poder público y lo centraliza en Miraflores. La audacia e irresponsabilidad del “comandante eterno” hizo el trabajo y hoy su legado negativo,  lo disfrutan sus “hijos”(biológicos y no biológicos) a expensas del bienestar de los venezolanos. En Argentina, 12 años   fueron insuficientes   y    no consolidaron el régimen; no obstante, la presencia del peronismo y de la clase obrera que poseen. El régimen fuè derrotado, especialmente por el desempeño de  las instituciones argentinas y  de la modernidad del sistema electoral, con la inclusión de las dos vueltas y el voto manual transparente, sin  electrónica ni informática de aplicaciones sospechosas y tendenciosas. Allá, a pesar de las irregularidades, funcionan la separación de los poderes y  respeto a la Constitución. El parlamento y los tribunales actúan y buena parte de los medios de comunicación y las universidades pudieron escapar del acoso oficial. Generalmente, las expropiaciones no las pudieron hacer  ni confiscadas las Fuerzas Armadas Nacionales, como ha sucedido en estos 17 años del chavismo. Se destacó la transparencia y objetividad de la Cámara Nacional Electoral,  con una Ley Electoral que no permite la dependencia del árbitro electoral al Ejecutivo y el sistema electoral confiable y eficiente garantizó, como se pudo observar durante todo el proceso,  elecciones limpias.

Hay tiempo de cambio para América Latina y particularmente en Venezuela, los vientos buenos oxigenan, el Buenos Aires de la democracia y libertad, soplan a  favor. Y esta victoria  de Cambiemos, ayuda y estimula positivamente para este 6D y en el 2016, con las acciones que se correspondan para solucionar definitivamente  la grave crisis que estremece al País.

A pocos días del 6D, a pesar del ventajismo,  trampas montadas  y una  unidad opositora frágil, la victoria democrática es un hecho. Seguramente, no con  un porcentaje aplastante en el número de Diputados,  pero  si  sabemos que la  próxima Asamblea será de   mayoría democrática.

Venezuela, en las próximas elecciones parlamentarias,  lo más importante  que va a lograr es demostrar al mundo y a nosotros mismos  que la oposición democrática, en la base popular, es mayoría aplastante y que la “revolución” involucionó por su desgobierno y la traición a la esperanza e ilusión que motivo en  los ciudadanos. Con la ayuda de Dios  vamos a exclamar como Macri: “Qué difícil tanta emoción, tanta alegría, tanta esperanza, estamos desbordados”,

(*) Ex. Rector UNET

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