Por Luis Granados
Quiero equivocarme, pero en escrito reciente señalaba a los
sectores políticos o no del país en general, que no entender en su verdadera
dimensión el nefasto propósito del régimen de convocar la fraudulenta
constituyente, era estar de espaldas a los legítimos intereses y aspiración de
los venezolanos de liberarse de esta insolente y oprobiosa dictadura que nos
reprime, humilla, viola nuestra dignidad y postra el país a los más detestables
y criminales intereses del terrorismo y narcotráfico. Dictadura que con esta
constituyente de Maduro pretende, como consumados traidores a la patria,
legalizar sus corruptos e ilegales manejos y convenios extranjeros, y sus
violaciones, crímenes y asaltos al patrimonio de los venezolanos y de la
Nación.
Estamos ante una verdadera Emergencia Nacional, estamos en el
momento en que: O, nos unimos todos para impedir esa nefasta constituyente o
perdemos al país a manos de estos trúhanes. Es necesario para evitarlo
presentar al país una solución que asumamos todos el compromiso realizar, que
hagamos uso de la soberanía y el poder originario consagrado en el texto
constitucional en los art, 5, 70, 71, 347, 333, 348, 349 y 350, que nos dan el
mandato de que el pueblo se consulte y se manifieste mediante referéndum, ante
los temas de especial trascendencia nacional o asumir la convocatoria a una
autentica y constitucional, constituyente de carácter originario, convocada por
iniciativa popular, sin la participación del poder constituido, CNE, TSJ. Son
opciones que el pueblo soberano, acogería contundentemente con apoyo de la
comunidad internacional, pueblo que heroicamente lucha en las calles en
rebelión constitucional (art.350), contra el régimen, por el rescate de la
democracia y libertad, por solución definitiva a sus carencias y por un Gran
Cambio radical y el rechazo absoluto al zarpazo de Maduro a la soberanía
popular, pretendiendo imponer una constitución fraudulenta para eternizarse en
el poder.
¿Es muy complicado entender, para la dirigencia nacional, que
imponernos una constituyente que controlaran mediante unas bases inconsultas
que les garantice el 62% de los constituyentitas, aprueben y se presenten ante
el mundo con una constitución fraudulenta que argumentaran es producto de la
voluntad del soberano, y que es el instrumento que necesitan para “legalizar”
su dictadura a la cubana, para liquidar la AN, legalizar el despojo del
Esequibo, Arco Minero y Faja Petrolera? ¿Una constitución que mediante
corruptas e impunes negociaciones les permita seguir endeudando y entregando el
país porque no tendrían la oposición de una Asamblea Nacional, que les impida
legalizar tan nefasta y oscuras transacciones, seguir empobreciendo y
esclavizando al pueblo, legalizar la corrupción y acrecentar sus mil
millonarias fortunas impunemente?
Si permitimos que lleven adelante este despropósito, no
tengamos duda alguna que impondrán como constitución del país a la constitución
Cubana y Plan de la Patria, donde se pierde la soberanía del pueblo, que la
pasara a ejercer el PSUV, la cúpula del gobierno, y todo el sistemas de
derechos, humanos, económicos, culturales, políticos y toda la actividad
nacional, estará bajo el control de la dictadura comunista mono partidista, donde
habrá más presos y desaparecidos políticos y liquidada la libre expresión y
propiedad privada.
Pregunto. ¿Acaso no es necesario, aparte de las heroicas
marchas, protestas y vidas que se han ofrendado por la libertad, accionar un
propósito, propuesta o proyecto que todos acojamos y defendamos ahora y después
de superar esta crisis, de manera definitiva como solución a esta Emergencia
Nacional? O debemos esperar más represión, opresión y miseria para actuar?
Es un hecho que la Asamblea Nacional aun representa la
soberanía popular que el pueblo le deposito al ser electa en el 2015 y que de
manera inconstitucional el régimen desconoce sus actuaciones y logro
desincorporar a 3 diputados de Amazonas proclamados por el CNE, sin que sea
resuelta esta situación bien sea por convocatoria a nuevas elecciones o a su
reincorporación definitiva; CNE que si se apresta diligentemente a convocar a
un proceso electoral constituyente, en clara asociación con el gobierno para
delinquir una vez más.
A la luz de esta conducta y actuaciones reiteradas de
ilegalidad compulsiva de las instituciones secuestradas por Miraflores, vale la
pena preguntarnos:
¿Acaso no es posible la reconstitución de la Asamblea Nacional
con los diputados electos (2/3 partes), y tomar la iniciativa de convocar a una
constituyente y nombrar un Tribunal electoral para que rija dicho proceso
constituyente?
¿O, porque la AN no solicita con acatamiento al artículo 71,
dado de que esta es una materia de trascendencia nacional, llamar a un
referéndum consultivo para preguntarle al pueblo soberano, si acepta o no,
convocar a la constituyente fraudulenta y tramposa convocada por Maduro, para
lo cual solo es necesario de la mayoría simple de los diputados o el 10% de las
firmas de los venezolanos inscritos en el Registro Civil y Electoral?
¿O, porque negarse o posponer injustificadamente que el pueblo
en su derecho soberano convoque a la auténtica y legal constituyente
originaria, recabando el 15% de electores inscritos en el RCE (2:900.000 firmas
aprox.) y nombre el órgano supraconstitucional que rija dicho proceso acorde
con el art.5, 7, 70, 347, 348, 349 y 350 constitucional?
Sobre esta propuesta la Alianza Nacional ha puesto a
disposición del liderazgo nacional, la propuesta que por años ha venido elaborando
de un Proyecto País Venezuela Reconciliada vía Constituyente, Las Bases
Constituyentes y planillas, para convocar a una constituyente
originaria, por iniciativa popular. No hay que tener miedo a un pueblo de firme
vocación democrática, que observa, actúa y ha apoyado durante 18 años, las
iniciativas de la MUD y es quien más sufre al régimen; en sus manos no se
pierde la república y luchara para salvarla. La republica se pierde si no
actuamos con determinación y el régimen impone la constitución cubana,
totalitaria y dictatorial.
Seguros
estamos que no deseamos para Venezuela el desenlace de una dolorosa y trágica
confrontación entre connacionales para dirimir esta lucha por la libertad. No
esperemos llegar a un armisticio, después de una tragedia humana imposible de
cuantificar. El reto y compromiso con el país es definitivo, son momentos de
poner a prueba las mejores capacidades del liderazgo nacional, para recuperar
la patria, la paz, el progreso la democracia, la justicia y la libertad y dar
solución verdadera y definitiva a esta Emergencia Nacional.
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