lunes, 2 de marzo de 2015

Transición, Reconocimiento, Reconciliación y algo más



            Este gobierno, que no da puntada sin dedal, ha dicho hasta el cansancio, por todos los medios que tienen a su disposición, que son el 90% del espacio nacional, que el acta de transición que suscribió Antonio Ledezma, constituye un acto conspirativo y por esa razón está preso. Pero de la simple lectura del acta se entiende claramente, una exposición de motivos de crisis política y económica que ameritan un cambio y la forma cómo, quienes la suscriben visualizan esos cambios. Dicho esto, yo, Carlota Salazar Calderón, venezolana, mayor de edad, domiciliada en la Avenida R-16 Villas Martinique No. 80, de la Urbanización el Morro del Municipio Diego Bautista Urbaneja, Titular de la Cédula de Identidad No. 4.905.027, la firmo, la suscribo íntegramente, y nunca he estado, y jamás estaré, en temas conspirativos. Tampoco estoy inscrita en ABP, ni soy seguidora de Antonio Ledezma, pero es hora que comencemos a defender principios e ideas. Es una verdadera tragedia que los partidos políticos, Primero Justicia y Acción Democrática, para salvar su pellejo, se hayan negado a suscribir esa acta, cayendo así en el vil y calumnioso chantaje del gobierno. Así como yo, son muchos los venezolanos que quisieran firmar esa acta, por ello se ha puesto a la orden en las redes y para quienes no tengan acceso a esos medios, razonamos por estos lares, en la zona norte del Estado Anzoátegui, que se debe distribuir el manifiesto para que la gente lo firme. Así se han distribuido 50 carpetas contentivas de 100 firmas, cada una, para recoger 5000 firmas, entre las comunidades con las que trabaja Anzoátegui Plural y organizaciones políticas Voluntad Popular y Alianza al Bravo Pueblo. Es un pequeño esfuerzo como el colibrí.

            Con esto quiero significar que desde que el mundo es mundo, existen diferentes sectores que tienen diferentes visiones de cómo conducir las cosas, de eso se trata la política. Pero para el gobierno la única, exclusiva y excluyente visión es la de ellos, no hay otra. De la acera opositora, desde quienes de una forma u otra, estamos en contra del estilo autoritario del gobierno,  diversas opiniones de cómo ven el  problema y de cómo solucionarlo. Del lado del sector oficialista o chavista, por llamarlo de alguna manera, también muchas voces advirtiendo desde diferentes posturas, unos reformistas y otras más revolucionarias.
 Sin embargo, los opositores tampoco se respetan en sus visiones: Congreso Ciudadano, Renuncia del Presidente, Transición,  Legislativa o Constituyente. Cada una de estas acciones cuenta con unos seguidores y unos liderazgos claros y visibles ¿por qué no se sientan estos líderes a delinear una ruta democrática para lograr los cambios que todos quieren? Todos quieren un cambio, que sea democrático, allí tienen un punto de partida importante o ¿no?

La gran debilidad de los sectores opositores es ese empeño, al igual que el gobierno, de imponer su visión al resto. Ninguna de sus propuestas cuaja, porque no tienen suficiente fuerza política, no tienen gente que las siga, individualmente consideradas. Peor es que unos grupos viendo que la gente rechaza al gobierno pero no ve opción en la oposición, pretenda lanzar una tercera vía. En esta dispersión quien gana es el gobierno, que sí está compacto, con los poderes públicos a su servicio y con una maquinaria electoral comprobada. 

Entonces señores, hacer política es algo más que dedicarse a impedir que el gobierno avance en sus propuestas, porque siempre va a avanzar, en ese sentido es más importante, presentar soluciones y propuestas, que incluyan a todos los sectores, por el bien del país. O esperar a que se caiga, ningún gobierno se cae solo, hay que enamorar a una ciudadanía para que vote en contra. Los cambios debemos construirlos entre todos. Los que no entiendan esto no merecen gobernar, porque gobernar es llevar una dirección a un conglomerado y no a su parcialidad partidista. Por ello, hablar de reconocimiento, en el valor del otro, de espacios para la reconciliación, y no de acabar al contrario, será un sentimiento mayoritario en poco tiempo.

Carlota Salazar Calderón
@carlotasalazar

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