Ciudadanos, exijamos un nuevo
pacto social
Por Luis “Balo” Farias
Los objetivos que perseguimos impulsando la lectura del
libro, Crisis venezolana, causas y
soluciones estructurales* es orientar mayormente a los jóvenes de este
país, en conocer lo que es desde nuestra óptica, y basados en la experiencia
histórica, las causas que la originan, y que este aporte, nos permita buscar
los mecanismos constitucionales, para salir airosos de esta interminable
pesadilla, que se puede poner peor de lo que esta, hasta ahora.
Y es que es apretado, en un país tan polarizado, dar a
conocer a ciencia cierta ¿qué es
exactamente, lo que nos trajo a esta dramática situación?; tenemos a la
sazón, que recordar circunstancias, que se mimetizaron con el pasar del tiempo,
ejemplo aquel 18 de febrero de 1983 (viernes negro), cuando nuestra fuerte
moneda sufrió su primera gran
devaluación y comenzó su rodada cuesta abajo, que hoy día continua, o el
caracazo, el 27 y 28 de febrero de 1989, que fue la manifestación de ira
explicita de los pobres de Venezuela, que sentían que la riqueza petrolera no
les estaba llegando, o el juicio el 21 de mayo de 1992 y posterior presidio del presidente Pérez II,
cuando hasta su partido le dio la espalda, y con ello se selló, la debacle
electoral de los partidos
tradicionales en 1998, fecha de la
quiebra política de la IV república y también la debacle del modelo del “GOBIERNO DEL CENTRALISMO EN VENEZUELA, (EFC,
Estado Federal de poder Centralizado)”
Hasta acá, si prestamos
atención a las fechas, febrero del 1992, NO EXISTIA CHAVEZ, en la mente y vida
de los venezolanos, pero entre revueltas, asonadas, corrupción, hambre y
miseria, en un país tan rico, el difícil segundo gobierno del presidente
Caldera II, cerró el año 1998, con 5.000
homicidios. Era una aberración lo que estaba sucediendo en Venezuela:
devaluación, homicidios, corrupción, inseguridad, miseria y mala calidad de
vida. Dentro de este contexto, los venezolanos, anhelábamos un líder, que
resolviera esta dramática situación, de país en franca disminución en la calidad
de vida.
Aspirábamos un líder
inteligente, capaz, con visión de estadista, que lograra diagnosticar cual era la causa de la crisis venezolana y
nos diera la solución que nos permitiera, retomar nuestras vidas en un país más
incluyente, más justo, más solidario, mas humanista, y no era difícil de añorarlo
y soñarlo, porque veníamos recientemente de recibir inmigrantes de otras partes
del mundo, que con el boom petrolero vinieron a este país a traernos cultura,
manufactura especializada en la producción de los bienes y servicios que la
renta petrolera abundante, nos estaba dando a conocer, o a través de las
importaciones que desde los centros del poder se autorizaban en Venezuela.
Y apareció un hombre, como
le gustaba a los venezolanos, inteligente, visionario, simpático, arrecho,
cantante, jodedor, carismático, vengativo de los pobres, mujeriego y MILITAR.
Ave María purísima, los milagros existen, nos envió un caudillo, y entrando el
siglo XXI, ¿Qué más pedir?, pensó más de uno.
Peroooo… (Todo tiene un
pero) no era lo que los venezolanos creían, o estaban buscando, tenía algunas
de esas cualidades, era: simpático, cantante, jodedor, carismático, se vendía
como vengativo de los pobres, mujeriego y MILITAR, pero adolecía, de algo
importante, la inteligencia y la visión; No entrare en el detalle del gran fracaso de su obra política, porque administrando
1 BILLON DE $, los resultados 15 años después están a la vista.
Hoy día, en un país que
sigue siendo aun inmensamente rico, el difícil gobierno actual, está cerrando
el año, con mas devaluación, corrupción, inseguridad, miseria, mala calidad de
vida, revueltas, escasez, acusaciones de familiares y personeros, en casos de narcotráfico
internacional y cerrando con broche de oro más o menos 25.000 homicidios (20.000 más que el último gobierno de la
IV república-Caldera II).
Como vemos, tenemos ahora, potenciadas, las causas que llevaron a los
actuales gobernantes al poder, y son las mismas causas que dieron origen al
descontento que los llevo allí, y acá viene entonces la
pregunta de las mil lochas: ¿De quién es la culpa, del mono o del que le dio la hojilla? de quien es
la culpa que nos siga pasando, lo que nos está pasando ¿De ellos? ¿O de
nosotros, que les damos el poder?
Les hemos dado a TODOS
los líderes, un cheque en blanco, sin saber que van a hacer con nuestras vidas,
con nuestro país, con nuestro futuro y el de nuestros hijos; desde el viernes
negro, han transcurrido 33 años, cambiando de presidente y de gobierno, veamos
CAP II (1989), OCTAVIO LEPAGE (1993), RAMON J VELAZQUEZ, (1993), CALDERA II (1993), CHAVEZ (1999), MADURO (2013) y les
pregunto. ¿Qué ha cambiado en nuestra sociedad? ¿Hemos visto algún adelanto? ¿A
qué se debe que estemos estancados? ¿Está usted seguro del rumbo que le quieren
dar a nuestro país? ¿Es el cambio de presidente o de gobierno la solución? ¿O
hay algo que no hemos visto, o que no nos han dicho, y que sería la verdadera
solución a este conflicto?
La descentralizacion
La IV República, aunque
tarde, entendió (1989), que debería
dar inicio a la descentralización política y
administrativa, y lo hizo con la Elección de Gobernadores y Alcaldes, y
la ley de Transferencia de Competencias a los 23 estados y Municipios, (aunque
los ha tratado de tener “amarrados” a través de los recursos o situados, manipulados
aun a nivel central).
Este
inicio de la descentralización política y administrativa, fue la respuesta
parcial tímida y mediatizada del poder central, frente a la muerte técnica del
centralismo del poder del Estado en Venezuela. Y a pesar de fallas permitió la
aparición de liderazgos regionales
de la provincia, que han constituido, el principal bastión de defensa de la
democracia.
En otras partes del mundo y en otras épocas de la historia de la humanidad,
ya pasaron por esta devastación que acá, está en pleno desarrollo y si queremos
ser serios ante el país, tenemos que sentarnos y poner a “trabajar” la cabeza,
a repensar, a rediseñar el país que tenemos, tomando en cuenta las experiencias
históricas que están allí señalándonos el camino real de lo que tenemos que
hacer.
Nos llega el 2016, y se cierne la amenaza de que, este “pleito innecesario”
continuara, a costa de la incomodidad, la quiebra, y la insatisfacción de las
bases populares de ambos bandos y por ende, en contra de la voluntad
mayoritaria del pueblo venezolano que ya se expresó de manera contundente.
La pregunta de todos es: ¿Qué
hacer ante este panorama?
La respuesta debería ser: Los
ciudadanos de este país tenemos que exigirnos, un nuevo pacto social,
incluyente y primermundista.
La rebelión de las regiones, es el llamado al despertar
del país productivo, que NO está en Caracas, pero SI está, en todas las
provincias de Venezuela,
esperando el llamado a suscribir un Nuevo Pacto, para sustituir el Centralismo presidencial, por un Estado Federal
Descentralizado parlamentario y primermundista.
Esto, (que
fue lo que comenzó de una manera tímida, y no culmino la IV república a través
de la Comisión para la reforma del estado, COPRE, en los años 80 y lo que nunca
hizo Chávez), es lo que podría redimir
dos siglos de centralismo empobrecedor, para hacer realidad un país con alta
calidad de vida, como cualquier país de los punteros del I Mundo: Noruega, Suecia, Holanda,
Dinamarca, Canadá, Finlandia, Suiza, asumir al fin en Venezuela, una federación
de 23 estados y 1136 municipios, o los necesarios, totalmente autónomos en lo
político, económico, fiscal, educativo, salud, asistencial, vial, en la libre
circulación de las monedas internacionales, en la responsabilidad y solidaridad
empresarial, el libre mercado, la democracia parlamentaria, con división e
independencia de poderes; sin pobreza; sin ninguna de las aberraciones del III
Mundo.
Exigir este nuevo pacto implica, seguir promoviendo,
un gran debate nacional que ponga de resalto con meridiana claridad las causas
de la crisis venezolana y las devastaciones a la vista, que la misma ha originado, y que esta
discusión desemboque, en la convocatoria de una Gran Asamblea Nacional Constituyente,
pero con un objetivo definido, para cambiar el centralismo por la
descentralización del poder.
Así como los constituyentitas y repúblicos de 1811,
1864 y de 1946, 1961, en tiempos y momentos trascendentales en la vida del
país, lograron diseñar textos
constitucionales que en su momento fueron novísimos y pudimos rebasar situaciones
que parecían imposible de lograr, elaborando constituciones que en sus
distintas épocas fueron capaces de reencauzar la vida nacional hacia caminos de
mayor prosperidad y paz nacional, nuestra responsabilidad, hoy, es de proporciones
históricas en esta época aciaga que vive la república, pues tenemos la enorme responsabilidad de buscar
también, las vías y causes para retomar, el camino hacia una Venezuela más
humanista, más civilista, más prospera,
reconciliada, democrática,
moderna y primermundista.
Este Proyecto País Venezuela Reconciliada** que
proponemos, debería desencadenar, una indetenible, masiva, electoral, pacífica
y constitucional “Rebelión en las
Regiones” desde las bases mimas de la sociedad, a través de la convocatoria al
poder originario (A través de los art. CRBV 347, 348, 349)
La profundización integral de la descentralización política y
administrativa puede llevar a la democracia Venezolana a su estadio superior de
desarrollo social y es lo que deseamos los venezolanos por eso entre TODOS,
tenemos que salvar a Venezuela.