Por Arq. Luis F. Granados
La
reciente detención en Aruba del “Pollo” Carvajal ha reflotado y confirma a la
gran mayoría de venezolanos, la carencia de valores y principios de quienes de
manera inescrupulosa e impune hoy destruyen a Venezuela. Nunca los han tenido,
son una especie conformada por fracasados, resentidos sociales y politiqueros,
que durante años, mayoritariamente
medraron bajo el manto de la izquierda venezolana, desde la que
planeaban y ejecutaban asaltos, secuestros y acciones propias del hampa común,
so pretexto de apoyar las más dignas causas revolucionarias o anticorrupción en “defensa del pueblo oprimido por las oligarquías criollas y el
imperialismo yanky explotador”
Hoy,
es patética la imagen con que se presentan ante Venezuela y el mundo. Quienes provenían
de modestos hogares y sin mayores bienes de fortuna, muestran hoy sin escrúpulo
sus opulentas y lujosas propiedades ubicadas en Venezuela o el exterior, sus multimillonarias
cuentas bancarias, sus yates, aviones, haciendas, hatos, centros comerciales,
bancos, cadenas hoteleras, urbanizaciones, edificios, aras, etc. Todo
adquirido, no como producto del trabajo de muchos años o el ahorro de sueldos
en bolívares súper devaluados en un país con la segunda inflación más alta del mundo, que les permitió amasar
tan multimillonarias fortunas en tan corto tiempo; sino producto de negociados
sucios o corruptos, transacciones fraudulentas o de decisiones violatorias del
derecho a la propiedad privada consagrada en nuestra constitución y leyes, pues
ya no es necesario como antes asaltar encapuchados bodegas, joyerías, el camión
que transporta valores, o el secuestro de productores o
empresarios, o al ciudadano común; sino que ahora se apoderaron de bancos,
incluido el Banco Central, el oro, el petróleo, el despojo de las propiedades
de muchas familias y todos los bienes de
la republica de manera impune y descarada. Porque “por ahora” también son: “la
ley y la justicia del país”
Y donde está “El PUEBLO”,
por el que dicen “se sacrifican y luchan”?... Ese
pueblo sigue siendo pueblo, ahora más empobrecido que nunca; de los 12.5
millones que para 1998 no tenían vivienda, ahora son 18 millones los que no la
tienen, ¡6 millones más en 15 años!. Ese pueblo, empobrecido medio vive, o no, y
como mendigos y por extrema necesidad hacen interminables colas para comprar
alimentos o cobrar la mísera limosna que le dan de bolívares devaluados de la misión,
es un pueblo carente de salud y óptimos servicios médicos, sin trabajo fijo, es
un pueblo de buhoneros y profesionales metidos a taxistas o vendedores de
perros calientes en las calles de nuestras, caóticas y abandonadas ciudades
tomadas por impunes bandas armadas integradas en su mayoría por jóvenes sin
estudio o sin trabajo que hace de Venezuela uno de los países más inseguro del
mundo; solo el año pasado hubo 24 mil asesinatos. Es un pueblo con miedo, con
baja autoestima, víctima de un régimen que lo reprime y viola sus derechos,
haciendo uso de los cuerpos represivos y de todos los poderes secuestrados e instituciones
públicas. Es un pueblo hambriento, con escases de bienes y de los productos
básicos de la dieta familiar, con mala e ideologizada educación, recibida dentro de una infraestructura
educativa en ruinas. Es un pueblo que sufre de pésimos servicios públicos, mal atendido en buena parte por incompetentes
y déspotas funcionarios de franelas y boinas rojas, atrincherados en oficinas
similares a las del PSUV, llenas de afiches del Che, Fidel, o lo que es igual, de
cualquier guerrillero o terrorista.
Es
un pueblo que vive sin avizorar un futuro promisor, cuya juventud busca emigrar
a otros países en busca de progreso, un país con más de 15 mil empresas
quebradas, con deuda consolidada que supera los 237 mil millones de dólares,
200 mil millones más que la deuda de 1998 y con un valor del barril de petróleo
que promedia los 100 dólares, diferente a los 9 dólares de 1998. Un país hipotecado
y dependiente de chinos, bielorrusos, rusos, iraníes, americanos, brasileños
etc. que mantiene y paga deudas de Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Nicaragua,
Islas Caribeñas y por supuesto el bienestar de los hermanitos Castro en Cuba.
Un País donde el Cartel de los Soles o Generales, del que parece es miembro el
Pollo Carvajal, para desgracia de la Institución Armada, compite con el Cartel
de Sinaloa de Méjico en el negocio de la droga.
Contra
esto y más se debate Venezuela hoy y por ello la Sociedad Civil organizada y
reconciliada, de cualquier tendencia o credo, pero sin impunidad, le
corresponde ante la actitud de la partidocracia de atender prioritariamente su permanente
agenda electoral, para mantener sus “espacios
políticos”, mientras las grandes mayorías de venezolanos vivimos y sufrimos
la agonía de un país que se deshace ante nuestros asombrados ojos; no seguir aceptando
silenciosos las aberraciones del régimen; y constitucionalmente asumir el deber
de refundar totalmente a Venezuela, soportada en un Proyecto País que cambie
radicalmente la estructura centralista actual que lo hace inviable, por una de
poder descentralizado, que nos permita ser un país de primer mundo, libre,
soberano, solidario, democrático y
desarrollado, donde impere la justicia social en lo económico y lo político.
El
Proyecto País propone un cambio radical que fortalece los estados y municipios
mediante la administración directa de sus potencialidades naturales humanas y
económicas, donde las regiones se
empoderen de su propio desarrollo y bienestar y para ello debemos transitar
hacia un país de Poder Federal Descentralizado,
y no Centralizado como el actual, mediante la convocatoria hecha por el pueblo
de una Asamblea Constituyente. Asamblea que recogerá el propósito firme, no de
un pueblo manipulado como hasta ahora, sino de CIUDADANOS conscientes de sus derechos y deberes, dispuestos a
construir todos su nuevo municipio, su nueva región, su nueva Venezuela, generadores de trabajo y riqueza, ciudadanos
responsables y emprendedores y no envilecidos por las dadivas de mesiánicos
gobernantes centralistas de turno, Ciudadanos constructores de un país digno,
donde junto con su familia quieran vivir
y crecer en paz, justicia, libertad y progreso. Unámonos todos en la discusión enriquecedora
y divulgación del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente y
construyamos todos la nueva Venezuela Libre y Soberana. Esta nueva Venezuela es
posible si así lo decidimos.
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