Factores
opináticos del país se han pronunciado unos a favor, otros en contra, la
mayoría en contra, acerca de una constituyente. Los detractores fundamentalmente
refieren como un obstáculo insalvable la recolección de firmas – por la lista
Tascón - y han efectuado discusiones muy
serias en cuanto a su carácter originario o derivado. Con todo respeto por
quienes no creen en la viabilidad de una Asamblea Constituyente, considero que en el fondo no se trata de
ninguno de estos argumentos, porque si la ciudadanía está convencida de la
necesidad de cambio, no hay lista ni amenaza que valga y el carácter originario
de la Asamblea Constituyente está muy claro en el artículo 347 CRBV. Lo que sí
creo que sienten estos factores es la incapacidad que tiene la dirigencia
política de la oposición venezolana para llevar a delante un esfuerzo serio y
sostenido, para el logro de un objetivo. Ese es el real enemigo que tiene la
constituyente.
Y
convencida de ello decidí escribir estas líneas a los fines de refrescar varios
aspectos importantes, que nos pueden llevar a concluir en la pertinencia de la
constituyente: 1.- hay que tener muy claro que la constituyente no es un
“salida ya”, ni “Maduro vete ya”; 2.- La
Asamblea Nacional Constituyente tiene como objeto transformar el Estado, crear
un nuevo orden jurídico (nuevo orden social) y redactar una nueva constitución;
2.- que el modelo centralista, rentista, clientelar y corrupto que rechazaba la
ciudadanía en los años 80, no ha cambiado;
3.- que esa necesidad de cambio la sintió el venezolano reflejado en la
propuesta de Hugo Chávez y por eso votó por él; 4.- que si bien es cierto que
la CRBV contiene elementos importantes que exigía la ciudadanía en el 99, no es
menos cierto, que ese modelo quedó desdibujado con el Socialismo del Siglo XXI,
que implementa el gobierno a través del Estado Comunal, economía rentista,
poder centralizado y los derechos limitados en ejercicio del control de la
sociedad, desde el 2005; 5.- que esa necesidad de cambio del modelo político
sigue estando presente en la sociedad venezolana.
Sin
embargo, una parte del país rechaza la actuación del gobierno, otro cree en
ella, otro lo utiliza para su beneficio (sentido utilitario de la revolución).
Parte de la legislación es socialista, otra de libre mercando, una crea una conexión
directa con la ciudadanía desvinculada del Sistema Nacional de Planificación y
cada día se concentra más poder en el ejecutivo. El manto de la revolución
sirve para todo y para justificar todo. En el medio una sociedad dividida y
atomizada, sin objetivos comunes que ha terminado en anarquía “cada quien hace
lo que le da la gana”. Esa sociedad necesita un lugar para el reencuentro,
reconocimiento y la reconciliación, ese es el espacio constituyente.
Entonces,
no se trata de una actitud gatopardiana. Se trata de un esfuerzo de cambiar el
modelo social y político, de transformar el Estado venezolano y de reinstitucionalizarlo.
Esta
nueva Constitución, debe saciar esa necesidad de cambio, por ello promovemos
que se elabore con los principios que ha desarrollado el Proyecto País Venezuela
Reconciliada, liderado por el Ing. Enrique Colmenares Finol, que
propone: profundizar la democracia participativa, con formación ciudadana,
información y transparencia; transformar el sistema electoral, elecciones para
todo: jueces, voceros, gremios… segunda vuelta, representación proporcional de
las minorías, financiamiento de los partidos políticos; garantizar la independencia de los Poderes Públicos; crear un Estado
verdaderamente descentralización y Federal con autonomía y política y
financiera; fortalecer la institucionalidad en la independencia de los poderes
públicos.
Debemos
preguntarnos: ¿Queremos cambiar o no? Queremos seguir con el modelo Estado –
Sociedad, centralizado, clientelar y corrupto o queremos un modelo Sociedad –
Estado, descentralizado, transparente y verdaderamente democrático. El cambio
está en nosotros la sociedad venezolana tiene que convertirse en actor y
protagonista del cambio, que produzca una sociedad fuerte con capacidad para
repeler no esté gobierno autoritario, sino cualquier otro, venga de donde
venga.
Carlota
Salazar Calderón
@carlotasalazar
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