Efectivamente vienen unas elecciones
parlamentarias ¿cuándo? Cuando al gobierno le dé su gana. Además, en la forma
que les de su gana, ya que Tiby y Sandra dan para todo. Ya Maduro dijo que eran
en diciembre, pensando que habrá surfeado la crisis del desabastecimiento. Observo
que los partidos políticos asoman la posibilidad de elegir candidatos por
primarias o por consenso según sea el caso: tantas primarias y tantos consensos,
como sea necesario, dicen los voceros. En la acera del frente opositora un
reclamo ensordecedor por primarias para todos los puestos, que eliminen el 70%
en la toma de decisiones que tienen reservado los partidos políticos, que el
que llegue de segundo sea el suplente, que se abra la unidad democrática a los
sectores de la sociedad, a los sindicatos, gremios profesionales,
organizaciones sociales, vecinales; ello con la finalidad de tener más fuerza
política, generar confianza en la ciudadanía e incentivar el voto, de cara a
esta importante elección.
Pero más allá del método para la escogencia
de estos candidatos, está el tema del rol que deben tener los parlamentarios en
la Asamblea Nacional (planteamiento que hicimos desde Anzoátegui Plural a la
Mud). Porque en efecto el gobierno está muy claro en centralizar el ejercicio
del poder, estatizar la economía y a terminar de vaciar de competencias a las
gobernaciones y alcaldías, para consolidar el Estado Comunal, entre otras
líneas de acción ¿Entonces? ¿Cuál es la política parlamentaria que
desarrollaría el sector opositor? ¿Cómo se le da un parao a estas
pretensiones? ¿Cómo hacer desde el
parlamento para fortalecer a la empresa privada? ¿Cómo hacer para desconcentrar
competencias del poder central? ¿Cómo hacer para impedir que se vacíen de
competencias las gobernaciones y alcaldías?
Planteo esto para no repetir
errores. Parlamentarios que no tienen respuesta frente a la arremetida
revolucionaria, que se dejan apabullar por el chavismo, que no han presentado
propuestas legislativas con movilización de la ciudadanía, que lo que hacen es
abandonar y peor aún no asisten al parlamento.
Además para reforzar que si se escogió el camino democrático y
constitucional, debemos estar a tono con una sociedad que demanda su ejercicio
efectivo. Lo cual implica propuestas legislativas que deben ser discutidas con
los ciudadanos, para luego hacer presión frente al chavismo. No se pueda hacer
política sin gente, la política es razón y fuerza y esa fuerza requiere
seguidores de una idea, de un planteamiento, de un proyecto, de una dirección.
Pienso, que la dirigencia política opositora se acostumbró a un espacio de
confort que le brindó la generación del 28 y se quedaron allí. Pero ahora, los
tiempos han cambiado y necesitamos hacer política con estas realidades.
La realidad de estos tiempos nos conduce a entender que la defensa de
los valores de libertad e igualdad, no
son suficientes, que en la cultura política del venezolano están presentes
otros valores como la solidaridad, inclusión, reconocimiento y lucha contra la
pobreza, que se deben atender. Enfrentar un concepto revolucionario de cambios
profundos que elimina lo que existía, que además se ejecuta, a trocha y mocha, desde
el poder, no es fácil. Hay que proponer cambios profundos desde la sociedad,
para ello organizar a esa sociedad, que le dé capacidad de frenar la pretensión
revolucionaria, de acabar con todo. ¿Esto se pueda hacer desde la Asamblea
Nacional? Sí, se puede frenar, porque la solución de fondo es el Proyecto País
Venezuela Reconciliada, vía constituyente, con la cual conjugamos y en cuyo
camino trabajamos. Pero, para ello es indispensable una agenda legislativa y
unos parlamentarios que con honestidad se dediquen al trabajo parlamentario de
organización ciudadana que frene las pretensiones revolucionarias.
Carlota
Salazar Calderón
@carlotasalazar
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