Por Humberto Acosta R. (*)
Son interesantes las
reacciones del común de los venezolanos, a la convocatoria a La Asamblea Constituyente, considerada la mejor vía para solucionar la grave crisis que
padece la Nación. Un porcentaje importante de los electores, piensan automática
e instintivamente en la Constituyente de 1999; y el amargo recuerdo de la
promesa e ilusión fraudulenta que dejó en el país, cuando ella se vincula con
la propuesta electoral, engañosa, de 1998 del difunto Presidente, que cambió la
Constitución de 1961 y deformó el sistema democrático instalado desde 1958, que
con errores y desviaciones, ha demostrado ser superior al régimen presente.
La Constitución del 99
aprobada dentro de la referida Asamblea, mediante ese proceso engañoso en el
que no se respetó las minorías, principio fundamental de la democracia, facilitó
que el régimen militarista, durante 16
años, en forma abusiva, con artimañas y la pasividad e indiferencia,
consciente o inconsciente, de la ciudadanía iniciara, concentrara y manipulara los
poderes públicos para los fines de la camarilla gubernamental, hoy entronizada.
Cuando prevalecen razones
valederas, es necesario debatir y convencernos de las mismas; eso es democracia y libertad. Tenemos la certeza que
los ciudadanos estarán convencidos de
las ventajas de la Constituyente y su viabilidad pero, aún no conocen completamente los objetivos y el método propuesto, entre otras cosas,
porque aquellos que tendenciosamente adversan la nueva propuesta sobre el Proceso
Constituyente por Iniciativa Popular, montan amenazas, vicios y desviaciones,
propios del Proceso Chavista del 98, sobre la Asamblea Constituyente, ahora, a
elegirse.
Los dos procesos, son
diametralmente diferentes, en su concepción, método usado y fines a lograr. Este debate está abierto y es urgente darlo. La propuesta incluye que después
del 6D, realizadas las elecciones parlamentarias, sea cual fuere el resultado,
se impone más que nunca el MOMENTO CONSTITUYENTE.
Insistimos, que la mejor
alternativa es recurrir a la Constitución y hacer uso de ella para restablecer
la democracia extraviada y con ella combatir
el caos, de 16 años de una “revolución”
de quincalla, corrupción e ineptitudes que, entre otros aspectos calamitosos,
evidencia el autoproclamado “Plan de la Patria” de naturaleza y fines comunistoides,
que avanza inconstitucionalmente, con un sentido militarista, sin pausa,
arbitrario en su proceder, con costos elevados y sin resultados beneficiosos.
El MID promueve la Fuerza Popular para la Asamblea Constituyente Originaria
acompañada de un Proyecto de País: Venezuela Reconciliada. No obstante, habiendo
explicado la propuesta; algunos han
entendido que debemos usar la Constitución para “salir del Presidente”; a través del
Revocatorio; cuando la SOLUCIÒN categórica es derrotar electoralmente al régimen, transformar el sistema y
lograr los propósitos, esenciales e
inmediatos de:
Desplazar el modelo económico impuesto, a los
personeros del régimen que lo sostienen
y obtener la Reconciliación y la
Gobernabilidad.
El Momento Constituyente debe tener su mejor expresión en el 2016,
después del 6D, con la Fuerza Popular,
organizada y movilizada. Proceso regido, en forma transparente, por el Tribunal
Nacional Electoral Constituyente, electo por el
Soberano(sin el actual CNE), con Bases
Comiciales Constituyentes, conforme establece la Constitución, en sus Arts,
5, 70, 347, 348, 349 y 350.Este planteamieto,difiere de la forma empleada en
la “Constituyente” convocada por Chávez,
en 1999.
En conclusión: La Asamblea Constituyente con la Fuerza
Popular promueve cambiar todos los poderes
constituidos del Estado y abordar la transformación radical del País para
obtener una nueva y mejor Venezuela, con el Pacto Social-Ciudadano alrededor del Proyecto
País; fundamentado en la Constitución, las convicciones democráticas, la
fe en la libertad y el desarrollo y activando
la organización, participación de los ciudadanos y de la Sociedad Civil, en
pleno.
La clave constitucional y
democrática para iniciar el proceso, después del 6D:
“La
Iniciativa de la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán
tomarla…; o el QUINCE POR CIENTO de los electores inscritos y electoras
inscritas en el registro civil y electoral” (Art. 348 de la Constitución).Es necesario,
que tres millones de venezolanos solicitemos
dicho proceso para iniciar la transformación de la realidad actual que garantice el futuro de Venezuela como República.
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