Por Humberto Acosta R (*)
La grave crisis
política-económica y moral que sufre el
pueblo venezolano, ha conducido
al desbaratamiento de Venezuela. El régimen produjo lo inimaginable: el cambio
negativo de un país rico, a uno de los países de mayor pobreza en el mundo
actual. La presumida “revolución chavista” hizo el anti- milagro de cambiar a una Venezuela de muchos recursos, con muchos
problemas, pero que ciertamente crecía y
producìa y un bolívar fuerte, en libertad y democracia, por una Venezuela empobrecida, dividida,
atrasada y el bolívar envilecido, cuyos signos del evidente caos se
observan en los ámbitos esenciales de la
República. Así, puede resumirse, en lo: Político, ineptocracia, inconstitucionalidad,
fractura institucional, ingobernabilidad, militarismo y autocracia. Económico:
aparato productivo destrozado, improductividad, inflación, escasez, e
intervencionismo oficial. Social: división, exclusión, anarquía,
desconfianza, anarquía, anomia, atraso, pobreza, desempleo, servicios pésimos e
inseguridad social y ciudadana. Moral: Corrupción hasta los tuétanos,
fraude, desconfianza, desesperanza, desmoralización, mentiras y engaños y en
las Relaciones Internacionales: colonialismo, aislamiento, desprestigio,
entreguismo e incoherencia
El caos no permite
encontrar el desarrollo. Tampoco, vivir ni trabajar o estudiar en paz con seguridad
y esperanza. Adicionalmente, existe la pretensión del gobierno por eternizarse,
aplicando represión, ventajismos,CNE parcializado y un autodenominado Plan de la Patria impuesto,populista
e improvisado, fundamentado en un modelo
socio-económico anti.constitucinal,fracasado,
autoritario y militarista, anclado en el
pasado y con un balance sumamente negativo de altos costos.
En tales
circunstancias el cambio es necesario e ineludible. El 80% de los ciudadanos,
quieren cambio. Hasta la base aún chavista, decepcionada de sus “dirigentes
revolucionarios” y frustrada por los
resultados pésimos, también, luce agotada, de tanta corrupción, ineptitud
y promesas sin cumplir, en estos 16 años
del régimen. Las últimas marchas, encuestas y otras manifestaciones populares así
lo demuestran, sin embargo, para hacer realidad el cambio positivo se
necesita, básicamente, la unidad e inclusión de los ciudadanos, para disponer que la Fuerza Popular,
organizada y movilizada, enfrente y
derrote democrática y electoralmente a la Fuerza Gubernamental. Ello
significa que la Sociedad Civil y el liderazgo político democrático organizado
con Objetivos comunes, pensando más en Venezuela que en intereses personales,
de grupos o de partidos, acuerden dos aspectos determinantes, urgentes e
importantes:
1º Pacto Social- Político
por la Reconciliación y Reconstrucción de Venezuela, con el Proyecto País, como
base y 2º Aplicando la Constitución Nacional Bolivariana, discernir y aprobar consensuadamente
la Ruta Democrática a seguir en el presente y año próximo, especialmente
en el periodo posterior e inmediato de las elecciones parlamentarias. Se
necesita interpretar bien el contexto y
saber qué hacer con el malestar y el anhelo de los venezolanos y con el destino
hoy confuso e indeterminado de la Sociedad, Estado e Instituciones
nacionales.
Por consiguiente,
lo sensato e inteligente es pactar para realizar conjuntamente los esfuerzos
necesarios a favor de la integración de la Fuerza Popular,
potencialmente presente en la Sociedad y sostenida en la Constitución y asumir Iniciativas
Populares, con Objetivos superiores y comunes a todos. Objetivos del País y
Objetivos inherentes a las comunidades regionales/locales y de los ciudadanos,
todos posibles de lograrlos, si dialogamos, debatimos y acordamos, entre todos,
la formulación de un Proyecto de País
y la forma en que el mismo pueda ser ejecutado en libertad, democracia y
paz.
Este Proyecto de País
y Pacto Social- Político, diseñados y ejecutados,
en el marco constitucional, para re-construir la República, en consenso. Ambos instrumentos
de política son para la reconciliación e integración de Venezuela cuya
realización se garantiza recurriendo a
la conciencia y responsabilidad ciudadana
para utilizar los recursos que dispone
la sociedad nacional, principalmente: Fuerza
Popular con Iniciativa, capital humano competente y el clamor por el cambio y desplazamiento democrático de los jerarcas del régimen actual, causantes del
caos.Ademas,hay experiencias nacional e internacionales de acuerdos políticos
para el restablecimiento de sistemas demòcraticos.Ejemplos referénciales:
Chile, España, Colombia y el Pacto de Punto de Fijo, exitoso para la República Democrática,
acordado en 1957, por los dirigentes y partidos políticos de aquel momento.
Especialmente
es fundamental, en el Pacto, definir el
que hacer después de las elecciones parlamentarias de este diciembre,
proyectando y analizando desde ya los diferentes resultados y escenarios posibles:
Ganar con mayoría absoluta o simple
o incluso perder dicha Asamblea. Principalmente, conocer, discernir y acordar sobre
los diferentes procesos constitucionales que pudiéramos realizar para los Objetivos
referidos: Referéndum, Reforma Constitucional, Solicitud de Renuncia al Sr.
Maduro o convocar a un Proceso Constituyente por Iniciativa Popular, invocando
los artículos 347 y 348 Constitucionales. Todos, procesos legítimos,
viables, cuyas ventajas y desventajas deben ser estudiadas, en función de seleccionar el más adecuado para garantizar la
participación efectiva de los ciudadanos y el logro de los grandes Objetivos Nacionales.
Tenemos que cambiar positivamente:
Por un nuevo y mejor País donde exista reconciliación,
gobernanza, gobernabilidad y autonomía e
independencia de poderes. Un país
federal donde prevalezca la justicia
sin impunidad, descentralización, autonomías regionales y el respeto de los
DDHH e Instituciones (Universidades, Iglesia, FFAANN, Colegios, Gremios, Sindicatos,
Familia, etc.). Cambio positivo por la Venezuela que está sufriendo colas,
escasez, indignidad e inseguridad. Cambio ineludible por la juventud estudiosa
y trabajadora, por un futuro democrático y digno, sin presos ni exilados
políticos, por libertad y desarrollo.
Cambio positivo de régimen y de un
modelo equivocado e inconstitucional que después de 16 años mayormente produce…
pena, dolor, vergüenza e indignación. Solución si hay. Entonces, vamos a su
encuentro con la fuerza popular organizada y movilizada, con firmeza y FE.
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