Justificaba Vallenilla Lanz la existencia del Cesar democrático, el gendarme necesario, el hombre fuerte que necesitaba el país para ser pacificado, ese era Juan Vicente Gómez, que en efecto pacificó al país ¡a costa de todas las libertades civiles! Fue necesario un dictador, alguien que se impusiera sobre los demás, porque en la democracia venezolana está presente el igualitarismo y el levantismo.
Todos somos
¡tan! iguales que no podemos recibir mando de otro igual, porque nos levantamos
y le decimos “y quien eres tú para mandarme” “yo soy mejor y te lo demuestro”
“qué se cree él qué es”. Así hombres fuertes: José Antonio Páez, Juan Vicente
Gómez, Marcos Pérez Jiménez, los jefes de los partidos políticos (AD. COPEI…) y
Hugo Chávez, son lo que han podido someter al venezolano.
“La nación
hecha hombre”. Tras ese imaginario colectivo de figura fuerte al cual seguir,
se encuentra una cultura individualista donde cada quien se arrima al más
fuerte, sin objetivos comunes para construir un país. Esa cultura política se
hace presente ahora cuando tenemos la necesidad de una unidad nacional que
enfrente el autoritarismo que implica el Socialismo del Siglo XXI, y los
líderes o cabezas visibles de la oposición, que se ha autodenominado
“democrática” y sus personeros “demócratas”, se separan para enfrentar al
enemigo común, de diversas maneras.
Unos hablan
de un Congreso de Ciudadanos, que diseñe la estrategia a seguir. Otro plantea
fuerza en la calle hasta doblegar al gobierno.
Diversos
sectores plantean la necesidad de una asamblea nacional constituyente (donde me
incluyo). Los Partidos Políticos que conforman la mesa de la unidad (MUD)
prefieren la ruta electoral.
Cada uno de
ellos tendrá un Proyecto País, para no pensar que no tienen ninguno, pero
¿cuáles son las líneas gruesas que los unen a todos? Además de salir de esta
pesadilla roja que nos gobierna. ¿Qué grandes direcciones los pueden unir?
Desde mi
soledad de pensamiento creo que hasta que los sectores opositores, no se pongan
de acuerdo en un esquema político a desarrollar, un proyecto de país, no
existirá UNIDAD. Oigo con preocupación cómo se habla de manera tan ¡simple!
“que esta es una unidad electoral”, sin plantear de qué manera se
conducirá este país. La Unidad señores no es un conjunto vacío.
La unidad es
la expresión de un conjunto de pensamientos que hay que respetar, desde que él
que quiera salidas violentas hasta los pacificadores, tipo Gandhi,
son necesarios.
Carlota
Salazar Calderón
carlotasc@gmail.com
@carlotasalazar
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