El titulo responde a la
realidad que vivimos los venezolanos, donde el desarrollo económico y social de
sus habitantes es inversamente proporcional a su riqueza. Esto gracias a la
ejecución de un proyecto político que se denomina Socialismo del Siglo XXI, cuyo
planteamiento en materia económica es la producción del petróleo, única y
exclusivamente, pero que para su consolidación utiliza: medidas y paliativos de
naturaleza económica, por eso “como va viniendo vamos viendo”, al mejor estilo
del filosofo Eudomar Santos. De tal suerte que no existe un plan para el
desarrollo de la economía venezolana, sino, la consolidación de un proyecto
político, que necesita controlar la sociedad para poder ser ejecutado. Lo
económico supeditado a lo político.
Es así como un día inician un proceso de estatización del sector privado y
expropian las empresas productivas, otro día inician un plan agrario y
expropian a las fincas productivas, otro avanzan contra especulación y cierran
cualquier cantidad de empresas; con ello debilitan a los sectores opositores y
fortalecen a los chavistas. En medio de una cantidad de contradicciones, como
por ejemplo: - en el año 1999 producíamos 3.480.000 barriles de petróleo y
ahora se producen 2.357.000, con el precio del petróleo que pasa de 10,57
dólares a más de 100 el barril, pero las reservas internacionales bajan a
21,022.000 de dólares; - con una permanente cháchara de cambios profundos, del
hombre nuevo humanista y socialista, con aumento de los índices de pobreza
extrema y sin control de gasto público (tal y como lo evidencia el informe de
la Contraloría General de la República del 2012, que los Consejos Comunales, no
cuentan con mecanismo de control del dinero que les ingresa, por lo tanto los
millardos de bolívares (ahora de dólares), no puedan ser auditados, pero sí
deja claro el informe que se utiliza para fines distintos a las necesidades de
las comunidades), en un concepto perverso que ha corrompido la organización
ciudadana y las ha colocado como un brazo del PSUV y - con otra retahíla de
discursos sobre la austeridad del hombre revolucionario, ha aumentado el
aparato administrativo clientelar que en el año 1999 existían 16 ministerios y
ahora 36, 900.000 empleados ahora 2.300.000, respectivamente. Cada funcionario
público: con carros lujosos, guardaespaldas y toda una parafernalia, que
evidencia la arrogancia del ejercicio inmaduro y grosero del poder.
Ahora pretenden aumentar la
gasolina y vender Citgo. Pero como la gente no se la cala!!! Y dicen que todo
aumentará más de lo que ¡ya! aumentó y evidentemente desconfían, al ver los
casos de corrupción: Central Azucarera Ezequiel Zamora, Cadivi, Red Mercal, Red
Hospitalaria, Barrio Adentro, Fondos Chinos, Fondo de Pensiones de PDVSA…
¿cuánto es eso? Y luego ven la regaladera a Cuba, Nicaragua, Bolivia y Ecuador.
Se preguntan: ¿Entonces? ¿Por qué no hay dinero? echan para atrás y dicen que
eso no es todavía.
Señores ¡esto el colmo!
mientras nosotros hacemos un sacrificio y trabajamos para pagar impuestos
ordinarios y el extraordinario regresivo IVA (regresivo porque lo paga todo el
mundo independientemente de su renta, desde la viejita que vive de su pensión
hasta el millonario), el gobierno despilfarra.
Además de corrupto y cómodo es un Estado ineficiente, así lo demuestran las
obras inconclusas a nivel nacional y en el Estado Anzoátegui: Hospital de El
Tigre, Velódromo y Centro de Convenciones del Complejo Polideportivo Simón
Bolívar, autopista Cantaura-El Tigre, Estadio Paparoni de Puerto la Cruz,
autopista Gran Mariscal de Ayacucho…
Lo que sí hace bien este
gobierno, hay que reconocerlo, es el proselitismo político. Así los ministros,
funcionarios, diputados y bienes del estado están al servicio del
fortalecimiento del PSUV. Por lo tanto el gasto de cada movilización en tiempos
pre y post electoral, es monumental. Los funcionarios públicos que deben
atender a los ciudadanos, no trabajan porque deben asistir a los actos del
gobierno, les dan comida más la movilización y además su sueldo completo, son
pena de que lo despidan del trabajo o le quiten la ayuda ¿qué tal? Y eso lo
pagamos todos los venezolanos.
Conclusión: No se le pueda dar a estos despilfarradores más dinero, producto de
nuestro trabajo. Es necesario que de una vez entendamos que el país necesita
cambios profundos en su modelo político y económico, un nuevo orden social. Uno
de ellos, quizás el más importante, el cambio del modelo rentista y de
subsidios por una economía planificada, social, regulada por el Estado, que
atienda a un plan de inversión del petróleo en otras áreas de producción: café,
arroz, agro… para la diversificación de la economía. Este cambio sólo puede
lograrse a través de una Asamblea Nacional Constituyente, donde se discuta el
Proyecto País Venezuela Reconciliada, que propone la gente de MID Táchira,
encarnado en el Ing. Enrique Colmenares Finol. Espacio político donde debemos
encontrarnos chavistas, adecos, copeyanos, independientes, obreros, amas de
casa…Mientras tanto hay que activarse, a este desgobierno no se le puede dejar
solo. Tenemos que exigir que se conformen comisiones integradas por diversos
sectores de la vida nacional: sindicatos, agroindustria, gremios profesionales
y obreros… de consulta permanente para la toma de cualquier decisión de índole
política o económica.
Carlota Salazar calderón
carlotasc@gmail.com
@carlotasalazar
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