" Cuando el río suena, es porque piedras trae"
Refrán popular.
Refrán popular.
Formato del Futuro…
Aun sin haber tenido la oportunidad de entrar en procesos
formales de educación escolar, desde su más temprana edad, la mayoría de los
niños ha escuchado esa vieja canción que dice: "dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis; seis y dos son ocho, y ocho dieciséis".
Responde a una forma o intento de inculcar el concepto de que la matemática es
una ciencia exacta. También al comienzo del proceso de aprendizaje de lo más
importante y básico para los humanos, es decir, a sumar, restar, multiplicar y
dividir.
Cubrir esas etapas del aprendizaje y muchas más, se traduce en
la conquista de una irreversible tendencia: la de “sacar” cuentas,
recurso humano que luego se traduce en la ventaja innegable para evitar
ser engañados. Es decir, definitivamente, saber sumar, restar,
multiplicar y dividir es el más funcional anticuerpo de que se dispone para, de
la manera más sencilla y confiable, impedir engaños numéricos.
El 15 de Octubre de 2017 los venezolanos concurrieron a un
proceso electoral. Lo convocó el Consejo Nacional Electoral y fue para
elegir Gobernadores de Estado. Se trató de un evento comicial que, desde el
mismo momento cuando se le convoca, fue cuestionado dentro y fuera del
país, mucho más después que se conocieron sus contradictorios resultados.
Cada partido, organizaciones no gubernamentales, especialistas
en la materia, entre otros, se han referido a que se trató de una competencia
basada en procedimientos desiguales. Desde el uso indiscriminado de
los medios de comunicación del Estado y recursos públicos en favor
de los candidatos oficialistas, hasta el cambio inadvertido de los sitios de
votación para miles de votantes, y no haber permitido o aceptado las renuncias
de algunos candidatos en favor del candidato único de la Oposición en cada uno
de los Estados, fueron componentes comunes en tales análisis.
Asimismo, haber postergado en estas elecciones a las de los
Diputados de los Consejos Legislativos, es decir, al organismo que controla los
programas y ejecutorias de las Gobernaciones en cada Estado para poder
garantizar transparencia y eficiencia administrativa de los responsables,
pasaron a ser, en fin, el conjunto de argumentos lo suficientemente
convincentes para evidenciar lo obvio: que no se trató de un proceso
transparente, ajustado a la Ley que lo rige, mucho menos a las garantías
consagradas en la Constitución como derecho político.
Lo sucedido y la posibilidad interpretativa que la ciudadanía ha
hecho del evento en su conjunto, ha sembrado grandes dudas sobre la veracidad
de los resultados: del hecho matemático que pone a prueba el aprendizaje
infantil, el análisis juvenil y la deducción adulta en pleno ejercicio de
sus facultades. Es, por supuesto, la prueba de fuego a la que se ha visto sometido
el ente electoral responsable de evitar esas dudas, y con las que tendrá que
lidiar ahora y siempre.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) dio a conocer como
cifras oficiales que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) recibió un
respaldo total de 5.294.075 votos electorales en el proceso electoral. Mientras
que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en representación de las
expresiones políticas opositoras, sólo recibió un respaldo de 4.572.360.
Si se suman ambos totales, el resultado final es de 9.866.435
votos, lo cual, a decir del ente comicial, hay que valorarlo por el hecho de
haberse convertido en la más concurrida de las elecciones
para Gobernadores que se hayan celebrado en la historia democrática
venezolana. Y que se trata de una cifra participativa representada por el
61,14 % del total de electores en Venezuela.
De ser así, quiere decir, entonces, que el 38,86% de los
venezolanos que aparecen en el Registro Electoral Permanente (REP), no
participaron. Y así se precisa el 100 % de los votantes que reportó el CNE.
Recordando el 2 y 2 son 4 y 4 y 2 son 6, por razones
lógicas, entonces: si el 61,14 % que votó equivale a 9.866.435,
obviamente, el 38,86 % ó 3.886.000, fueron aquellos ciudadanos que
no atendieron el llamado a votar. Y al sumar ambas cifras, aparece el gran
resultado de 13.752.435 es decir, el 100% de los votantes.
Pero ¡Oh, sorpresa¡, al contrastar estas cifras con las del REP,
aparece que el número oficial de votantes, según el padrón
electoral para el año 2017, luego de restar los del Distrito Capital que
no votan en las elecciones de Gobernadores, y que son 1.638.451, queda en
un total de 18.166.551. Y sólo para efectos informativos, se
aprecia que el 61 % de ese total, es 11.081.596, nunca 9.866.435, como lo
dijo recientemente el Consejo Nacional Electoral.
Si la ciudadanía asume como cierta la cifra dada por el CNE este
mismo año, y las cuales se pueden constatar fácilmente en
"google", al compararlas con el total de electores anunciados
en la pasada elección, resulta una diferencia en los totales de votantes.
De ser así, entonces, ¿en dónde están los restantes 4.314.116
electores?.
Asimismo, es evidente que si el número total de electores
es de 18.166.551, tampoco la cifra oficial porcentual en estas últimas
elecciones para Gobernadores, es 61,14 % sino 54,3 %. Y eso,
para la consideración de los interesados en despejar dudas, presenta que, al
sumar el 45,7 % ó 8.301.862, más los votantes que sufragaron contra el
Gobierno, 4.572.360, se produciría un gran total de 12.440.038 ciudadanos
que no votaron por los candidatos del PSUV, mejor dicho, el 68,47 % del
padrón electoral vigente hasta la fecha. Sin duda alguna, un porcentaje
muy elevado no compró la propuesta oficialista y, además, si casi la
mitad de la población no participó en las elecciones, todo se traduce en que,
según los resultados, se puso de manifiesto un gran descontento en el
electorado.
Sería importante que se ofrecieran respuestas
satisfactorias, ante la multiplicidad de interrogantes que plantean estas
cifras de ida y de venida. Por supuesto, cada ciudadano es libre de ejercitar
sus conocimientos matemáticos, y validar, una vez más, el inolvidable
aprendizaje de que dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis; seis y
dos son ocho, y ocho dieciséis.
Egildo
Luján Nava
Coordinador
Nacional de Independientes Por el Progreso (IPP)
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