lunes, 12 de mayo de 2014

Tienen razón pero van presos


Por Luis Manuel Aguana

Ni se imaginan la impotencia que se siente cuando “la autoridá” te dice eso. Lo sentí personalmente cuando hace 35 años la Guardia Nacional me bajó de un autobús al no creerme, a pesar del carnet, que era profesor universitario en camino de una clase. Demasiado “chamo” dijeron. Tienes razón “profesor” pero vas preso “pa’l servicio militar” y móntate ya en la jaula si no quieres probar la peinilla.

Me acuerdo siempre de la anécdota porque hay ocasiones en que la gente ignora el fondo del famoso dicho que titula esta nota: independientemente que la razón te asista la fuerza de los hechos se impone sobre la razón misma. La razón de la fuerza mata la fuerza de la razón. Será que uno tiene que vivirlo para entenderlo.

Mucho de la discusión que se ha formulado en relación a la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente tiene que ver con ese famoso postulado. ¿Cuál es la discusión de fondo? ¿La fuerza o la razón? ¿Es la Constituyente una respuesta de la razón sobre la fuerza que se nos ha impuesto? ¿O es más bien que la fuerza de un régimen mata la razón Constituyente? Veamos:

Quiero decirles de entrada a todos los críticos de la salida Constituyente que tienen razón en los argumentos que han expuesto para no convocarla. No, no me volví loco. Voy a pasearme por algunas de las razones que se han esgrimido públicamente, incluidas las de los “demócratas” de la oposición que no quieren hacer elecciones internas en sus propios partidos. Eso prueba su coherencia con el gobierno.

Abrimos una “Caja de Pandora”. Nada más cierto, pero no estará más abierta desde cuando Hugo Chávez le pasó por encima a la Constitución de 1961. El país ha ido en caída libre y seguimos en caída libre. ¿Van a salir más demonios de la Caja? ¿Qué puede ser peor? ¿Más cubanos? ¿Más entrega de nuestra soberanía? ¿Un peor panorama económico? Estamos en manos de los comunistas cubanos y los militares. Y la economía va hacia su estrangulamiento definitivo, así como estamos.

Lo único diferente es que se hacen elecciones al arbitrio de un CNE tramposo, que hasta ahora para lo que han servido es para lavarle la cara a la dictadura del régimen. Y aunque creo que cualquier situación puede ser aun peor, la salida no puede ser no hacer nada. Nuestra propuesta es un torniquete para el desangre con la idea de comenzar a dar el tratamiento. Entonces tienen razón pero van presos. Esa es la razón de la fuerza de los hechos.

Nos pueden “ganar”. Una Constituyente realizada con unas Bases limpias, respetando el principio universal de proporcionalidad de las minorías lo “ganaría” el país. Lo ganarían los venezolanos. En la Constituyente propuesta no hay “ellos” y “nosotros”. “Ellos” y “nosotros” ganaríamos. Aquí no me estoy refiriendo a la claque dirigencial delincuente del chavismo que son minoría. Me estoy refiriendo al país nacional que ha sufrido y sufre de las políticas del régimen, aquellos que una vez votaron rojo y que ahora de una manera pragmática saben que es necesario un cambio en el rumbo del país.

Un país que desea desesperadamente un cambio, una reunificación, pero que no lo deja un discurso permanente de odio y resentimiento por los canales oficiales y la red nacional de medios públicos, “ganará” esa constituyente. “Ellos” en efecto ganarán y ganaremos todos.Tienen razón pero van presos. Esa es la razón de la fuerza de los hechos.

Ha habido 26 Constituciones desde 1811. Es verdad, las ha habido. Y posiblemente hayan más en el futuro. “No somos suizos” decía aquel célebre adeco. La voz cantante de esta expresión la lleva quien no hace elecciones en su partido (el mismo partido que luchó por  el voto directo y secreto para los venezolanos, ¿qué tal?) a pesar de que su militancia se lo pide por los tribunales, pretendiendo desacreditar un proceso profundamente democrático, sin ser demócrata.

Por eso me extraña que los mayores detractores utilicen este argumento vacío. En el siglo XIX los Presidentes cambiaban la Constitución como pañales desechables por quererse quedar en el poder. ¿Se puede contar eso realmente como cambios constitucionales? ¿Porqué en lugar de decir que ha habido X o Y numero de Constituciones, no se hace un estudio de cuáles de ellas cambiaron verdaderamente la estructura institucional del país y trajeron paz a los venezolanos? ¿O si se fue progresando o no en ellas hasta llegar a la de 1999? ¿Por qué ese simplismo? De esa manera quienes dicen que el número es un problema al menos nos darían argumentos más serios y técnicos. De nuevo, tienen razón pero van presos.

Tenemos una “buena” Constitución, pero no se cumple. Nada más cierto, pero en aquello de que no se cumple. De que tengamos “la mejor Constitución del mundo” eso es una mentira goebeliana repetida mil veces y convertida en verdad por el régimen, que hasta la oposición suscribe. ¿Es “bueno” que se haya eliminado el Congreso bicameral y la representación federal de los Estados? ¿Es “bueno” que se haya eliminado el carácter no deliberante y apolítico de las Fuerzas Armadas? ¿Es “bueno” que el Presidente de la Republica decida el solo sobre los ascensos militares? ¿Es “bueno” que haya reelección indefinida del Presidente y demás cargos de elección popular?  ¿Es bueno que el Presidente decida al Vicepresidente y no el pueblo con sus votos? Y así sucesivamente existen un montón de preguntas de expertos que indican que involucionamos constitucionalmente en estabilidad política en relación a la Constitución de 1961. Pero los detractores, que dicen que dejemos eso como está, no entran en esas “pequeñeces”.

Por otro lado quienes afirman que no se cumple, tienen razón también. Una vez llegados al poder quienes son los primeros en pisotear la Constitución son los mismos funcionarios electos. ¿Pero, qué tal si constitucionalmente cerramos la posibilidad que un Juez pueda ser removido, influenciado o presionado por cualquier cosa o por cualquier otro Poder? ¿Por qué no sellamos constitucionalmente la independencia del Poder Judicial? ¡Eso ni de vaina!

De hacerlo, los ciudadanos podríamos tener la posibilidad de concurrir a un tribunal de justicia y pedir que se encierre aquel funcionario que le pase por arriba a la Constitución y tener una alta probabilidad de éxito. Podríamos incluir la famosa Corte Constitucional que incorporaron los colombianos en su Constituyente del año 1991 (ver Doce Ejes y un Destino: 4) Justicia y Seguridad Jurídica http://ticsddhh.blogspot.com/2013/07/doce-ejes-y-un-destino-4-justicia-y.html) para velar por el estricto cumplimiento de la Constitución. Pero eso no lo dicen quienes dan ese argumento banal. Tienen razón pero van presos.

Esos son solo algunos de los argumentos en los que tienen razón aquellos quienes despotrican de la posibilidad de una ANC. Posiblemente discuta algunos otros en siguientes notas. Pero lo lamentable de ellos es que son superficiales y centran sus argumentaciones en retorcidas redacciones y palabras que no se encuentran en el DRAE, sin análisis hechos seriamente y con profundidad.

Si me van a decir que no proponga un cambio al bodrio que hicieron en 1999 entonces defiéndanlo con algo más allá de decir que aquí hubo 26 Constituciones. Hay críticos a los que vale la pena responder por su seriedad y profundidad académica. Pero definitivamente hay otros, cuyos intereses ya dejaron de ser oscuros, a los que afectaría notablemente una iniciativa como una ANC.

Los ciudadanos debemos estar alertas de separar a quienes critican seriamente de quienes lo hacen protegiendo intereses personales o políticos subalternos. A estos últimos, aunque tengan razón, no solamente deberíamos llevarlos presos-con peinilla y jaula incluidas-, sino dejarlos allí botando la llave.

Caracas, 12 de Agosto de 2013

Twitter:@laguana

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