Por Luis Manuel Aguana
Ni se
imaginan la impotencia que se siente cuando “la autoridá” te dice eso. Lo sentí
personalmente cuando hace 35 años la Guardia Nacional me bajó de un autobús al
no creerme, a pesar del carnet, que era profesor universitario en camino de una
clase. Demasiado “chamo” dijeron. Tienes razón “profesor” pero vas preso “pa’l
servicio militar” y móntate ya en la jaula si no quieres probar la peinilla.
Me acuerdo
siempre de la anécdota porque hay ocasiones en que la gente ignora el fondo del
famoso dicho que titula esta nota: independientemente que la razón te asista la
fuerza de los hechos se impone sobre la razón misma. La razón de la fuerza mata
la fuerza de la razón. Será que uno tiene que vivirlo para entenderlo.
Mucho de la
discusión que se ha formulado en relación a la convocatoria a una Asamblea
Nacional Constituyente tiene que ver con ese famoso postulado. ¿Cuál es la
discusión de fondo? ¿La fuerza o la razón? ¿Es la Constituyente una respuesta
de la razón sobre la fuerza que se nos ha impuesto? ¿O es más bien que la
fuerza de un régimen mata la razón Constituyente? Veamos:
Quiero
decirles de entrada a todos los críticos de la salida Constituyente que tienen
razón en los argumentos que han expuesto para no convocarla. No, no me volví
loco. Voy a pasearme por algunas de las razones que se han esgrimido
públicamente, incluidas las de los “demócratas” de la oposición que no quieren
hacer elecciones internas en sus propios partidos. Eso prueba su coherencia con
el gobierno.
Abrimos una
“Caja de Pandora”. Nada más cierto, pero no estará más abierta desde cuando Hugo Chávez le
pasó por encima a la Constitución de 1961. El país ha ido en caída libre y
seguimos en caída libre. ¿Van a salir más demonios de la Caja? ¿Qué puede ser
peor? ¿Más cubanos? ¿Más entrega de nuestra soberanía? ¿Un peor panorama
económico? Estamos en manos de los comunistas cubanos y los militares. Y la
economía va hacia su estrangulamiento definitivo, así como estamos.
Lo único
diferente es que se hacen elecciones al arbitrio de un CNE tramposo, que hasta
ahora para lo que han servido es para lavarle la cara a la dictadura del
régimen. Y aunque creo que cualquier situación puede ser aun peor, la salida no
puede ser no hacer nada. Nuestra propuesta es un torniquete para el desangre
con la idea de comenzar a dar el tratamiento. Entonces tienen razón pero van
presos. Esa es la razón de la fuerza de los hechos.
Nos pueden
“ganar”. Una
Constituyente realizada con unas Bases limpias, respetando el principio
universal de proporcionalidad de las minorías lo “ganaría” el país. Lo ganarían
los venezolanos. En la Constituyente propuesta no hay “ellos” y “nosotros”.
“Ellos” y “nosotros” ganaríamos. Aquí no me estoy refiriendo a la claque
dirigencial delincuente del chavismo que son minoría. Me estoy refiriendo al
país nacional que ha sufrido y sufre de las políticas del régimen, aquellos que
una vez votaron rojo y que ahora de una manera pragmática saben que es
necesario un cambio en el rumbo del país.
Un país que
desea desesperadamente un cambio, una reunificación, pero que no lo deja un
discurso permanente de odio y resentimiento por los canales oficiales y la red
nacional de medios públicos, “ganará” esa constituyente. “Ellos” en efecto
ganarán y ganaremos todos.Tienen razón pero van presos. Esa es la razón de la
fuerza de los hechos.
Ha habido 26
Constituciones desde 1811. Es verdad, las ha habido. Y posiblemente hayan más
en el futuro. “No somos suizos” decía aquel célebre adeco. La voz cantante de
esta expresión la lleva quien no hace elecciones en su partido (el mismo
partido que luchó por el voto directo y
secreto para los venezolanos, ¿qué tal?) a pesar de que su militancia se lo
pide por los tribunales, pretendiendo desacreditar un proceso profundamente
democrático, sin ser demócrata.
Por eso me
extraña que los mayores detractores utilicen este argumento vacío. En el siglo
XIX los Presidentes cambiaban la Constitución como pañales desechables por
quererse quedar en el poder. ¿Se puede contar eso realmente como cambios
constitucionales? ¿Porqué en lugar de decir que ha habido X o Y numero de
Constituciones, no se hace un estudio de cuáles de ellas cambiaron
verdaderamente la estructura institucional del país y trajeron paz a los
venezolanos? ¿O si se fue progresando o no en ellas hasta llegar a la de 1999?
¿Por qué ese simplismo? De esa manera quienes dicen que el número es un
problema al menos nos darían argumentos más serios y técnicos. De nuevo, tienen
razón pero van presos.
Tenemos una
“buena” Constitución, pero no se cumple. Nada más cierto, pero en aquello
de que no se cumple. De que tengamos “la mejor Constitución del mundo” eso es
una mentira goebeliana repetida mil veces y convertida en verdad por el
régimen, que hasta la oposición suscribe. ¿Es “bueno” que se haya eliminado el
Congreso bicameral y la representación federal de los Estados? ¿Es “bueno” que
se haya eliminado el carácter no deliberante y apolítico de las Fuerzas
Armadas? ¿Es “bueno” que el Presidente de la Republica decida el solo sobre los
ascensos militares? ¿Es “bueno” que haya reelección indefinida del Presidente y
demás cargos de elección popular? ¿Es
bueno que el Presidente decida al Vicepresidente y no el pueblo con sus votos?
Y así sucesivamente existen un montón de preguntas de expertos que indican que
involucionamos constitucionalmente en estabilidad política en relación a la
Constitución de 1961. Pero los detractores, que dicen que dejemos eso como
está, no entran en esas “pequeñeces”.
Por otro
lado quienes afirman que no se cumple, tienen razón también. Una vez llegados
al poder quienes son los primeros en pisotear la Constitución son los mismos
funcionarios electos. ¿Pero, qué tal si constitucionalmente cerramos la
posibilidad que un Juez pueda ser removido, influenciado o presionado por
cualquier cosa o por cualquier otro Poder? ¿Por qué no sellamos
constitucionalmente la independencia del Poder Judicial? ¡Eso ni de vaina!
De hacerlo,
los ciudadanos podríamos tener la posibilidad de concurrir a un tribunal de
justicia y pedir que se encierre aquel funcionario que le pase por arriba a la
Constitución y tener una alta probabilidad de éxito. Podríamos incluir la
famosa Corte Constitucional que incorporaron los colombianos en su Constituyente
del año 1991 (ver Doce Ejes y un Destino: 4) Justicia y Seguridad Jurídica http://ticsddhh.blogspot.com/2013/07/doce-ejes-y-un-destino-4-justicia-y.html)
para velar por el estricto cumplimiento de la Constitución. Pero eso no lo
dicen quienes dan ese argumento banal. Tienen razón pero van presos.
Esos son
solo algunos de los argumentos en los que tienen razón aquellos quienes
despotrican de la posibilidad de una ANC. Posiblemente discuta algunos otros en
siguientes notas. Pero lo lamentable de ellos es que son superficiales y
centran sus argumentaciones en retorcidas redacciones y palabras que no se
encuentran en el DRAE, sin análisis hechos seriamente y con profundidad.
Si me van a
decir que no proponga un cambio al bodrio que hicieron en 1999 entonces
defiéndanlo con algo más allá de decir que aquí hubo 26 Constituciones. Hay
críticos a los que vale la pena responder por su seriedad y profundidad
académica. Pero definitivamente hay otros, cuyos intereses ya dejaron de ser
oscuros, a los que afectaría notablemente una iniciativa como una ANC.
Los
ciudadanos debemos estar alertas de separar a quienes critican seriamente de
quienes lo hacen protegiendo intereses personales o políticos subalternos. A
estos últimos, aunque tengan razón, no solamente deberíamos llevarlos
presos-con peinilla y jaula incluidas-, sino dejarlos allí botando la llave.
Caracas, 12
de Agosto de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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